Como dije en el post anterior, fue un fin de semana en el valle de Echo. Rodeados de un otoño espléndido, el día anterior recorrimos la senda que conduce al ibon de Acherito por el barranco de Las Foyas y vuelve por el barranco de Acherito. Dejamos para el domingo el plato fuerte, la ascensión al “Castillo de Achert”, porque el tiempo era mejor, sin riesgo de lluvia y con cielos despejados.
Aparcamos frente al camping de la selva de Oza (1140 m). Iniciamos la ruta hacia el sur, caminando unos metros por la carretera. Pronto, un poste indicador nos marca el camino, entrando en una zona recreativa, con una tirolina, al lado del campamento de “Ramiro el Monje”. Seguimos un track de GPS que nos llevó a través del bosque, por una senda que da una gran curva y comienza a ascender (E) paralela al barranco de Espata. Hay postes indicadores que marcan el camino. En seguida, salimos a una pista que viene desde el parking, donde dejamos el coche, pero, aunque es más cómoda, resulta más larga también. Nuestro itinerario la atraviesa y continua (E) por la senda que sube con fuerza por el bosque. Progresivamente la ruta se dirige hacia sureste por senda señalizada y poco a poco se suaviza. Así llegamos al barranco de Espata, donde cruzamos el arroyo.
Ya contamos en el post anterior que el bosque estaba lleno de setas. Llamaban la atención los setales de Pardilla (Clytocibe Nebularis) y de lengua de vaca (Hydnun Repandum) que encontramos a los lados del camino.
La ruta vuelve a inclinarse, siendo el último tramo del bosque bastante duro. Por fin, dejamos atrás los árboles y salimos a una zona con un suelo de color rojizo que mezcla tramos de arcilla con una roca que se asemeja a la gravilla y resulta resbaladiza. El color rojo del suelo llama la atención. Aparece por todas las laderas de esta montaña. Son rocas sedimentarias llamadas lutitas, de época pérmica.
La senda sube (SE) por los prados de altura y deja a su derecha una cabaña forestal. Nosotros no paramos en la cabaña y seguimos hacia la gran muralla que ofrece el “Castillo de Achert”. No hay pérdida porque la senda es muy evidente. Primero se encamina hacia el sureste, luego hacia el norte y en breve toma la dirección este. Así, ganamos altura y llegamos a la zona donde desaparece la hierva y comienzan las pedreras. El momento lo marca una gran roca con forma cúbica. Ahí, la senda comienza a dibujar un gran zigzag (N). Según subimos la inclinación aumenta y el trazo del zigzag es más cerrado, lo que hace que el esfuerzo a realizar sea mayor. Los últimos pasos exigen que nos agarremos a las rocas, pero sin dificultad. Por fin, llegamos al paso que da acceso al sinclinal colgado*. Se trata de una estructura geológica singular. El interior de la gran elevación está vaciado como si fuera el cascarón de un barco, mientras que los lados se elevan en forma de dientes de sierra. Visto desde el exterior, todo el conjunto tiene la forma de una elevación fortificada, de ahí el nombre de “Castillo”. En el extremo oriental se encuentra la cota más elevada. Una senda muy clara se encamina hacia allí (E). Cima del “Castillo de Achert” (2385 m).
Desde la cima las vistas son escepcionales: Hacia el este se despliega la cadena axial del Pirineo, donde destaca en primer término “Midi D´Ossau”, le sigue “Palas”, “Arriel”, “Balaitus”, “Gran Facha”, “Vignemale”, y al fondo las tres “Sorores”: “Cilindro de Marboré”, “Perdido” y “Añisclo” o “Soum de Ramon”; hacia el sur destacan “Bisaurin” y “Agüerrí”; hacia el oeste “Peña Forca”, “Lenito” y “Rincón de Alano” y hacia el norte “Acherito”, “Petrechema” y La Mesa de Los Tres Reyes.
Volvimos por el mismo camino.
*Sinclinal colgado del Castillo de Achert.- La orogénesis pirenaica provocó aquí un pliegue cóncavo de rocas carbonatadas, calizas. Los lados se elevaron y la zona cóncava sufrió una intensa erosión disolviendo las calizas en forma de dolinas, agujeros, como se puede apreciar en todo el fondo del sinclinal.
DATOS
DISTANCIA: 14 KM
DESNIVEL POSITIVO: 1250 M