Pradera de Ordesa, Circo de Cotatuero, refugio de Goriz, Monte Perdido, Faja de Las Flores, Circo de Carriata, Pradera de Ordesa

EUSKERA

 Recorrido circular de dos días por Ordesa

Realizamos un recorrido circular de dos días de duración por el Parque Nacional de Ordesa. El itinerario nos llevó a lugares tan emblemáticos como los circos de Cotatuero y Carriata, la Faja de las Flores y la cima de Monte Perdido. No faltó la dosis de adrenalina al atravesar las clavijas de Cotatuero o al descender por las de Salarons, ni tampoco la dureza de la alta montaña: en las dos jornadas ascendimos unos 2.800 metros de desnivel y caminamos unos 40 kilómetros. Todo ello quedó ampliamente compensado por el espectáculo de una naturaleza todavía salvaje, aunque cada vez más frecuentada por visitantes, incluidos nosotros.

Primer día

Iniciamos el recorrido, a las 7 de la mañana, en la parada de autobús de "La Pradera de Ordesa" (1.330 m). Tomamos la pista que se dirige al este, siguiendo el curso del río Arazas. Al poco llegamos a una bifurcación con un poste indicador que señala, a la izquierda, la ruta hacia el circo de Cotatuero. El camino se adentra en un bosque aún en penumbra, poblado de pinos, hayas y abetos.

Subimos por la ladera con ligereza; todavía estábamos frescos. Al cabo de una hora pasamos junto a una cabaña y, más arriba, nos asomamos al mirador de la cascada de Cotatuero. Las paredes del circo son imponentes: te hacen sentir pequeño y, al mismo tiempo, emocionan por su belleza. Poco después alcanzamos el paso de las clavijas de Cotatuero (1.960 m). El primer tramo, vertical, es fácil y sin gran exposición al vacío. El segundo, completamente aéreo, recorre un trayecto horizontal con una breve subida en medio. Además de las clavijas, el paso cuenta con una sirga metálica en la parte más expuesta. Nosotros utilizamos casco, arnés y cinta con mosquetón para asegurarnos: más vale prevenir que curar.

Al salir, alcanzamos una zona más llana (2.000 m), la Meseta, junto a las cascadas que forma la Rivereta de Cotatuero antes de precipitarse al barranco. Continuamos hacia el noreste, siguiendo hitos y sendero junto al curso del agua. Ganamos altura en una amplia zeta, mientras recorríamos las laderas de Punta Tobacor y el Pico Millaris hasta llegar al collado de Millaris (2.460 m). Enfrente, hacia el norte, se alza la gran muralla que enlaza varios tresmiles: desde los Gabietos hasta el Perdido. Desde allí descendimos (SE) hasta el refugio de Góriz (2.200 m).

Al llegar ya acumulábamos unos 1.150 metros de desnivel y el cansancio se notaba. Decidimos continuar hacia la cima del Perdido, pero por la vía normal —la del Lago Helado— y no por la ruta de “Las Escaleras”, nuestra primera intención. Mi compañero, más fuerte, se veía con ánimos de llegar arriba; yo me conformaba con avanzar hasta donde pudiera, o al menos alcanzar el Lago Helado.

Poco a poco, a mi ritmo, ascendí primero hacia el noreste y luego hacia el norte. Crucé el caos de piedras, pasé el tramo de cadenas y llegué al Lago Helado (2.990 m). A la izquierda se alza el Cilindro de Marboré y, a la derecha, el Perdido con la Escupidera. La ruta está perfectamente señalizada, sin posibilidad de pérdida.

Tras un descanso y unas fotos, retomé la subida. Algo antes de la cima, pasada la Escupidera, me encontré con mi compañero que ya bajaba: no pensaba que le estuviera siguiendo. Me acompañó en el último tramo hasta la cumbre, envuelta en niebla, aunque entre claros pudimos fotografiar el valle de Ordesa, el lago de Marboré y la brecha de Tucarroya.

Descendimos por el mismo camino hasta el refugio de Góriz, donde pasamos la noche. Fue una jornada magnífica, pero dura: 12 horas caminando, más de 20 km recorridos y unos 2.300 metros de desnivel positivo acumulado.

Segundo día

Desayunamos en el refugio y, a las 7 de la mañana, emprendimos el regreso hacia La Pradera. Escogimos una ruta que recorre la Faja de las Flores. Desde Góriz (2.200 m) volvimos primero al collado de Millaris (2.460 m) y seguimos por la senda que se dirige a la Brecha de Roldan hasta situarnos por encima del collado del Descargador (2.520 m), que separa el pico Descargador y el pico Anónimo. Desde allí se disfruta una magnífica panorámica del Taillón, el Dedo y el Bazillac.

Descendimos (SO) por una ladera de piedra suelta hasta una planicie de derrubios. A nuestra espalda se alzaban, imponentes, el pico Anónimo y el Casco de Marboré. Cruzamos la llanura y llegamos al paso de los Gabachos, un destrepe fácil que da acceso a otra planicie, también cubierta de derrubios: la Plana de Narciso (2.360 m). El sendero toma rumbo sur, luego oeste y finalmente vuelve al sur para entrar en el lapiaz de la Esmoladera, cerca de la entrada de la Faja de las Flores. En todo el recorrido abundan hitos y trazas de sendero. Desde aquí pudimos contemplar y fotografiar, casi completa, la cadena axial que va del Taillón al Perdido y el valle de la Rivereta de Cotatuero con el circo del mismo nombre y el pico Tobacor.

La Faja de Las Flores está incrustada en los barrancos de las caras sur y oeste del pico Salarons o Gallinero. Aunque es aérea no entraña dificultad con buen tiempo. Una senda, con suficiente anchura,  recorre los 3 kilómetros de largo. Desemboca en un collado conocido como Umbral de Salarons (2380 m). 


Si en el transito de la faja traíamos dirección noroeste, en el collado cambiamos radicalmente y comenzamos a descender hacia el sur siguiendo las sendas que se caen por los barrancos del circo de Carriata. Llegamos a una bifurcación con una cartel que indica la dirección a la fajeta (izquierda) o a las clavijas de Salarons (derecha). La fajeta es una opción más sencilla, aunque no exenta de exposición al vacío. Pero nosotros estábamos sedientos de adrenalina, por lo que optamos por el destrepe de las clavijas. Un poco más adelante aparece una nueva bifurcación. Hacia el sur se llega a las clavijas y hacia el oeste se accede a la cima del Tozal de Mallo por la faja de Carriata.

Destrepamos las clavijas de Salarons. La primera parte es más expuesta al vacio pero las clavijas facilitan mucho el destrepe, aunque hay que señalar que no son para gente sin experiencia. Un poco más abajo encontramos un segundo grupo de clavijas que se superan con más facilidad. 

Todavía faltaba un rato para llegar a la Pradera de Ordesa, pero solo nos quedaba continuar por la senda mientras disfrutamos de las vistas que ofrece el circo de Carriata cerrado al oeste por el Tozal de Mallo. Más adelante entramos en el bosque y por fin llegamos a la Pradera. En este recorrido invertimos unas 7 horas.

Ojo con el track. El segundo día tuve problemas con el GPS, así el tramo del track  que va de Goriz a la Faja de las Flores y luego a la Pradera por las clavijas de Salarons está recompuesto de forma artificial sobre Basecamp. Creo que funcionará bien, yo he usado varias veces  método de "crear ruta" y siempre me ha ido bien.



DATOS

DISTANCIA: 38 KM

DESNIVEL POSITIVO: 2350 M

TRACK PARA GPS

FOTOS DE LA MARCHA



ESPIGUETE ARISTA INTEGRAL (OESTE-ESTE)

 

EUSKERA

Cuando se llega a Cervera de Pisuerga por la carretera CL-626, en el horizonte despuntan algunos de los montes más emblemáticos de la Montaña Palentina. Sin embargo, el Espigüete destaca por su prominencia, casi un triángulo perfecto en la lontananza. Posiblemente sea una de las cumbres más ascendidas del Alto Carrión, si no la que más. Por mi parte, creo que en esta ocasión pisé su cima por séptima vez, habiendo subido o descendido por todas sus vertientes. A mi compañero y a mí nos faltaba la cresta oeste, así que decidimos seguir la ruta de la cresta integral: ascenso por la arista oeste (en realidad se trata de la arista noroeste que finaliza en la cresta oeste) y descenso por la arista este.

No es una ruta técnicamente difícil, aunque algo aérea y presenta algunos pasos de IIº. Tampoco la distancia ni el desnivel son excesivos —1.150 metros de desnivel positivo y 11 kilómetros de recorrido—, pero sí es un itinerario intenso y exigente. Los últimos 400 metros de desnivel de la arista oeste se superan trepando, y el descenso por la arista este implica 1.100 metros de bajada con tramos de fuerte pendiente. En conjunto, supone un buen trabajo para gemelos y cuádriceps.

Dejamos el coche en el aparcamiento de Pino Llano (1.340 m), cerca de Cardaño de Arriba, y tomamos la pista hacia la cascada de Mazobre (O). La pista pasa bajo el refugio de Mazobre y avanza paralela al arroyo del mismo nombre, rodeando la cara norte del Espigüete.

A unos 2,5 kilómetros desde el Parking, antes de llegar a la cascada, una senda sale a la izquierda y continúa paralela a la pista. Poco a poco gana altura, recorriendo la base de la cara norte, entre escobas que, a veces, cierran el paso. La cascada de Mazobre regala una estampa digna de fotografiar.

Poco después la pendiente se acentúa y el camino se vuelve más agreste, cambiando la dirección hacia el suroeste. Tras superar una pedrera, alcanzamos por fin el collado de Arra (1.990 m). A partir de este punto, entramos en el reino de la piedra caliza, que nos acompañará hasta el final de la ruta.

Iniciamos la ascensión por la arista noroeste siguiendo la senda y los hitos (S). Las trepadas son constantes, y en ocasiones solo se distingue el suelo más desgastado por las pisadas. Hay que prestar atención para no perder los hitos ni la orientación. En la cota de 2.270 m, la ruta obliga a un destrepe de unos cuatro o cinco metros hacia la derecha. No es difícil, pero conviene mencionarlo porque rompe la línea ascendente mantenida hasta ese momento.

Los hitos nos conducen (S) a la entrada de la horcada donde se encuentra el paso de la “V”. Trepamos por esta estrecha horcada y, a mitad de ella, a su derecha, una canaladura en la roca —con algo de vegetación— permite superar el paso sin problemas. Algunos lo califican como de IIº.



Seguimos ascendiendo por la arista (S), algo aérea pero cómoda y con magníficas vistas, hasta alcanzar arista oeste ya en el cordal cimero. Desde allí tomamos rumbo este y, sin más dilación, llegamos a la cima del Espigüete (2.450 m).

Después de descansar un rato en la cima iniciamos el descenso de la arista este. Primero llegamos al collado (2405 m), donde convergen la cara sur, la cara norte y la arista este. Continuamos y pasamos por la cima del Espiguete oriental (2440 m). Es un tramo de subidas y bajadas que obliga a usar las manos en alguna ocasión. 

Más adelante, la inclinación aumenta en la zona de placas, que se bajan con cuidado pero sin grandes dificultades. Llegamos a la brecha, con una trepada de IIº que tampoco nos pareció complicada. El resto del recorrido desciende por la espina dorsal de la arista este, sin pérdida gracias a los abundantes hitos —quizá demasiados—, con varias alternativas de bajada.




Nos tocó un regreso con calor, lo que hizo el tramo final algo largo y pesado.  Pero lo conseguimos. Y mereció la pena: un itinerario que combina paisaje, deporte y la dureza de una montaña agreste.





DATOS

DISTANCIA: 11km

DESNIVEL POSITIVO: 1150 m

TRACK PARA GPS

FOTOS DE LA MARCHA


LOS CAMPANARIOS POR EL COLADERO DE LA TORTUGA, DESDE LUNADA.

EUSKERA

 El Parque Natural de Los Collados del Asón se encuentra en el valle de Soba, Cantabria, y representa, geológicamente, un ejemplo destacado de modelado kárstico. Las masas calcáreas fueron primero talladas por la glaciación cuaternaria y, posteriormente, la erosión del agua y el viento esculpieron un paisaje que, además de hermoso, encierra rincones verdaderamente singulares. Canalahonda, Las Hazas del Respiradero, el poljé de Brenavinto o las cimas que rodean el parque —La Porra de la Colina, Carrio, Pizarras y Los Campanarios, entre otras— dan testimonio de ello.

Una de estas cimas, Los Campanarios, es la protagonista de esta ruta, que nos llevó por uno de los parajes más curiosos del parque: el coladero de la Tortuga.

Iniciamos la marcha en el valle de Lunada. Un poco más adelante del kilómetro 6 de la carretera BU-572, que sube al puerto de Lunada desde Las Machorras, pasado el desvío hacia las pistas de esquí, hay un ensanche en la carretera donde es posible aparcar. Justo enfrente nace una pista que se dirige hacia Los Porrones de Peña Lusa, primero hacia el este y luego hacia el noreste. Al llegar bajo el pico Becerril, un poste señalizador —que suele estar caído— indica la dirección de Los Collados del Asón (NE). A nuestras espaldas queda la muralla que forman el Pico La Miel, Castro Valnera y Cubada Grande, cerrando el valle de Lunada por el suroeste, y a la derecha se alza la mole que forman Peña Lusa y Los Porrones (Bustarejo y Becerril). A la izquierda destaca la bola de las Motas o Picón del Fraile.

Siguiendo la indicación, descendemos (NE) cómodamente por un frondoso hayedo en dirección a las cabañas de Ojon, situadas bajo la cara sur de Los Campanarios. Superado el bosque, entramos en una zona de vegetación baja pero transitable. A nuestra derecha queda la cara norte de Peña Lusa y Los Porrones. En el camino aparecen algunas balizas —postes de madera con marcas blancas y amarillas, ya muy desvaídas— pertenecientes al sendero de Bustarejo. La senda desemboca en una pista, con un pequeño bosque de alisos a su izquierda según la marcha.

Llegamos a un cruce, ya en las cabañas de Ojon, donde conectamos con la senda de Hondojón. Continuamos (NE) en dirección a Los Collados del Asón, atravesando un arbolado de hayas y robles. Poco después, dejamos la senda de Hondojón girando a la izquierda, en un quiebro casi de 180º, para dirigirnos al oeste.  Es recomendable estar atentos en este punto, ya que es fácil despistarse. Un track de GPS puede ser de gran ayuda para no perder el rumbo.

Frente a nosotros se eleva la vertiente oriental de Los Campanarios, con forma de proa de barco; a la derecha, en el valle, se extiende el poljé de Brenavinto, y al norte se perfilan las cumbres de La Porra de la Colina y Carrio.

Avanzamos (O) entrando en la cara norte de Los Campanarios, en busca del desvío hacia el coladero de la Tortuga. El GPS tambien es clave aquí. A nuestra izquierda, una senda apenas perceptible se dirige suavemente hacia el sur, pero pronto se empina y encara una durísima canal con pendientes superiores al 40 %. Subimos pegados a la derecha de la canal, por donde la hierba cubre la caliza, para evitar la pedrera. La fuerte pendiente termina en una pared, junto a una cavidad. A nuestra izquierda, colgada de los riscos, aparece la famosa tortuga: la erosión ha esculpido en la roca caliza una figura que recuerda una tortuga, con una tortuguita sobre su caparazón.


La ruta continua a la derecha de la pared. La cuesta pierde inclinación, pero todavía es una pendiente considerable. Arriba se entra en el lapiaz de Los Campanarios. La caliza fragmentada y colonizada por la vegetación domina el entorno. Continuamos, a nuestra derecha, hacia oeste, bordeando una dolina y salimos a una zona despejada donde ascendemos por una chimenea. Ya por fin alcanzamos la cresta cimera y en breve nos situamos en una de las cimas de Los Campanarios (1299 m). Seguimos en dirección suroeste, viendo al fondo la bola Las Motas. Pasamos por la izquierda de una elevación con forma de cresta algo más baja que la que acabamos de subir y por último nos colocamos en la cumbre de un promontorio que da la altitud más elevada (1322 m).

Sin perder la orientación, descendemos hacia un establo con una charca, conocido como "la casa con pozo". Aquí volvemos a conectar con la senda de Hondojón y cambiamos de rumbo hacia el sureste. Esta senda, balizada, desciende hasta el valle de Ojon. En el descenso alcanzamos un pozo. Si siguiéramos hacia la izquierda (noreste), continuaríamos por la senda de Hondojón hasta los Collados del Asón. Sin embargo, nuestro objetivo es regresar al valle de Lunada, por lo que debemos tomar la dirección contraria, hacia el suroeste.

Desde el pozo, nos dirigimos a la derecha (SO) por una pista que se adentra en el fondo del valle, cerrado por las laderas de Los Porrones y Las Motas, cubiertas de un espeso hayedo. Curiosamente, este paraje también se conoce como Hondojón, aunque la senda homónima solo llega hasta su entrada.

Antes de alcanzar el fondo del valle, a mano izquierda nace una senda que se interna en el hayedo. En un punto, junto a un grupo de alisos, destaca una piedra. Entre ella y los alisos comienza una especie de senda o pista poco definida, señalizada al principio con algunos hitos. Esta sube entre las hayas (SE) hasta enlazar con la pista por la que bajamos al principio desde el valle de Lunada. Retomamos el camino de la mañana en sentido inverso y regresamos al aparcamiento donde habíamos dejado el coche





DATOS

DISTANCIA: 15 KM

DESNIVEL POSITIVO: 765 M

TRACK PARA GPS

FOTOS DE LA MARCHA

PEÑAS DE AIA DESDE ELURRETXE. CIRCULAR

 


EUSKERA

Peñas de Aia es un macizo de granito situado al este de Donostia, en la frontera con Navarra. Destaca en el horizonte por su prominencia y por las elevaciones en punta de su cresta que recuerdan las puntas de una corona. Está dentro del parque natural de Peñas de Aia y quizás su acceso más frecuente es por Oiartzun, en concreto desde el parking de Elurretxe.

Inicié la ruta en el parking de Elurretxe (490 m). Me dirigí hacia la torre eléctrica y la pasé por su izquierda, según la marcha. La senda se dirige hacia el sureste, atravesando un bosque mixto de roble, conÍferas y hayas. En el momento en que aparece un poste indicador (550 m), se abandona la pista y se gira a la derecha, hacia el oeste. El camino se estrecha y se empina.

Continué en esta dirección, pero poco a poco la senda me llevó hacia el sur.  A la salida del bosque se llega a las laderas herbosas de Muganix. Pero antes de pisar la cota más alta de este monte, me desvié unos metros a la izquierda según subía, para llegar a la cueva capilla del Junkal. Recuperé el camino y poco más adelante visité una estela situada a la derecha de la ruta principal.  Llegué a la cúspide de este promontorio, pensé que era la cima de Muganix (760 m), pero no vi el buzón. Luego en casa, después de consultar varios mapas, llegué a la conclusión de que la cumbre era Pustagaina (789 m). Desde aquí, saqué una magnífica panorámica de  Ondarribia y la bahía de Txingudi, también pude fotografiar la cresta de las tres cimas de Peñas de Aia y el monte Larrun al este.

A partir de aquí, el itinerario recorre las tres cimas principales en un sube y baja constante. También hay que usar las manos en alguna trepadita y superar algún descenso vertiginoso. El conjunto es más aereo que las rutas senderistas habituales. incluso hay una paso complicado: el paso de la anilla. La ruta que describo sube Hirumugarrieta, Txurrumurru y Erroilbide, por este orden. En mi opinión resulta más fácil si se hace al revés, porque los momentos que más impresionan se cogen subiendo, siempre más asequibles.

La ruta prospera con facilidad hacia el sudeste hasta alcanzar la cima de Hirumugarrieta (806 m). Siendo la primera de las tres cimas características de Peñas de Aia, recibe su nombre del hecho de estar en la frontera de tres municipios: Oiarzun, Irun y Lesaka.

Después de descender a un pequeño collado, llegué a la cima de Txurrumurru (821 m). Hacia el noroeste se contempla Donostia y su bahía. Para alcanzar la siguiente cima me lié e hice un destrepe que no correspondía. La senda me llevó a un muro que tuve que destrepar. No soy escalador y no sé dar grado a estas situaciones, pero fue bastante más dificil que el,paso de la anilla. Creo que me equivoqué y debía haber tomado un descenso algo más a la izquierda, por unas chimeneas que permiten bajar con menos dificultad. 

Acto seguido me encontré con el paso de la anilla. Todas las descripciones que he leído sobre esta ruta lo señalan como el más complicado. No es dificíl, pero puede imponer si no se está habituado a este tipo de trayectos. Tiene buenas presas de pies y manos y una anilla que facilita el paso, pero insisto en prevenir a la gente sin experiencia.


Por fin coroné la última cima: Erroilbide (832 m). Después de descansar, tomar un tente en pie y sacar las fotos pertinentes inicié el descenso hacia el suroeste. Primero por terreno herboso y cómodo, pero luego la cuesta se inclina, con algún momento escarpado. La ruta entra en un bonito bosque . Un poco más abajo, en un descampado, giré a la derecha (N) para conectar con la GR 121. Ya sin perdida, continué por la senda que recorre otro tramo boscoso, con hayas muy llamativas y donde las señales indican el camino hacia Elurretxe. En el último tramo, antes de acabar, queda una subida. Una vez superada, un breve descenso me dejó de nuevo al parking.




DATOS
DISTANCIA: 8,28 KM
DESNIVEL POSITIVO: 515 M