PETRECHEMA Y PAQUIZA DE LINZOLA DESDE LINZA


                                

 EUSKERA

El penúltimo domingo de febrero amaneció espléndido y la méteo anunciaba que así se mantendría toda la jornada. En Linza, a partir de los 1600 metros de altitud la nieve era constante y aunque dura estaba en buenas condiciones para caminar sobre ella. La ruta que enlaza las cimas de Petrechema y La Paquiza de Linzola desde el refugio de Linza resultó perfecta para disfrutar de un paisaje invernal en toda regla.

Desde el refugio de Linza (1340 m) cogimos el camino hacia el collado de Linza (NE). Al lado del refugio, un puente de madera permite pasar sobre el arroyo. La ruta sube hacia el noreste recorriendo una zona de pastos y ganando altura poco a poco. Atraviesa la parte baja de las laderas de La Paquiza de Linzola y avanza por encima del barranco de Petrechema.

Casi desde los primeros pasos, se puede contemplar los montes circundantes. A nuestra espalda, hacia el oeste, formando un triángulo perfecto, se levanta Txamantxoia y a su izquierda Peña Eskaurre. Enfrente de nosotros, hacia el noreste, despunta Acherito y la punta del Chinebral de Gamueta que irán aumentando su presencia según ascendemos.

Algo antes de llegar al collado de Linza apareció la nieve persistente. Por fin alcanzamos el collado (1940 m) y las vistas se abrieron más allá de la Paquiza de Linzola. Las moles nevadas de Ukerdi, Budogia, La Mesa de los tres reyes, La Tabla, Mouscaté y Petrechema atraparon nuestra mirada.

                             


Justo delante del collado, a la derecha, yergue la arista sinuosa de Petrechema. Para acceder a ella, en vez de bajar unos metros y encararla de frente, continuamos (E) una leve ascensión por la ladera del promontorio que tenemos a nuestra derecha hasta llegar a una zona más llana que nos permite alcanzar la arista. Un esfuerzo más y nos situamos en la cima. Petrechema (2371 m).

Las vistas son espléndidas. A nuestros pies se elevan vertiginosamente las agujas de Ansebere y hacia el este, en el horizonte, se dibuja la cadena axial del Pirineo nevado. De derecha a izquierda puedo nombrar algunas cimas. Aguerri, Bisaurin, Axpe, Llana de la Garganta, Colarada, Pala de IP, Punta Escarra, Vignemale, Midi D´Ossau, Frondiellas, Balaitus, Arriel.

Volvimos por el mismo camino hasta el collado de Linza. Desde aquí, nos encaminamos por la ruta que conduce hacia la Mesa de los Tres Reyes (primero E y luego NO) pero después de dejar a la izquierda un promontorio que separa el collado de Linza de La Paquiza de Linzola y tras recorrer unos 500 metros nos dirigimos (ONO) hacia las laderas de La Paquiza. Las posibilidades de subir a la arista cimera son muchas, escogimos la que nos pareció más rápida. En breve estábamos en la cima de La Paquiza de Linzola (2105 m).


Las vistas sobre las montañas antes mencionadas adquieren otro ángulo y aparecen otras que hasta este momento no habíamos podido contemplar. Así, hacia el noroeste, detrás de La Mesa, surgen Añelarra y Anie y hacia el sur Lenito, Peña Forca. Los Alanos y Espelunga.


Para continuar por la arista (SO) no pudimos acceder directamente. La nieve había creado sobre la roca descompuesta una pala muy inclinada. Optamos por volver al pequeño collado previo a la cima y desde allí encarar la ladera nevada , descendiendo unos metros (crampón y piolet) hasta una terraza de pedriza que nos permitió el paso (O) a la arista. Ya sin más contratiempo, seguimos bajando, aunque hay que señalar que algunos momentos la arista es un tanto aérea. Entramos en el bosque de hayas muy jóvenes y un poco más abajo llegamos al collado de Aztaparreta (1560 m). Desde aquí, siguiendo (SE) una senda, que más adelante se convierte en pista, alcanzamos el refugio de Linza de nuevo.





DATOS

DISTANCIA: 15,5 KM

DESNIVEL POSITIVO: 1230 M

TRACK PARA GPS

FOTOS DE LA MARCHA









SAN DONATO O BERIAIN E IHURBAIN DESDE UNANUA (FEBRERO 2025)



 EUSKERA

Subimos San Donato o Beriain por su cara sur, una vez más. Pensábamos pasar un fin de semana en el pirineo, pero el pronóstico del tiempo era malo para el sábado, en Linza. Así que optamos por ascender este monte tan emblemático, que domina la sakana y parece que nos llama cuando circulamos por las carreteras que pasan a sus pies.

Berian (1493m) es el punto culminante de una meseta colgada en el norte de la sierra de Andia. Cuando se viaja de Iruña a Vitoria, a la altura de Arbizu, se contempla una proa de barco gigante que domina toda la sakana, ese es Beriain. Desde un punto de vista geológico es un buen ejemplo de relieve invertido al estar formado por un sinclinal colgado (parte cóncava de un pliegue de la corteza terrestre). Gracias a la erosión se encuentra más elevado que el anticlinal (parte convexa) que este caso se situaría en el valle de Ergoiena.

Aparcamos en la zona alta de Unanua (E) (660 m), saliendo del pueblo, en unos espacios abiertos que se usan como parking. Iniciamos la ruta por una pista cementada que sube, primero hacia el norte, pero se dirige hacia el este con carácter general. Es el camino de Leziza. Al de algo más de un kilómetro aparece una fuente conocida como Iturtxiki (820 m). Un hito nos indica el punto donde abandonamos la pista a nuestra izquierda y comenzamos a ascender (NE) hacia un hayedo. Este tramo lo encontramos muy embarrado, siendo de por sí muy inclinado, se nos hizo incómodo.

Una vez superada esta parte y ya fuera del hayedo, llegamos al collado de Elorriaga (980 m). Delante se levantan las paredes sur de Beriain. El aspecto es de una fortaleza inexpugnable. Encaramos la fuerte pendiente (N) hasta la cota de 1300 metros, donde cogimos la senda que se encamina hacia noroeste y finaliza en la Grieta de Ihurbain (1360 m). Cuando se contempla desde el valle la proa del sinclinal colgado destaca un gran tajo que la parte de arriba a abajo. Esa es la Grieta de Ihurbain. La recorre una ruta bastante frecuentada, pero es un camino peligroso por su inclinación y porque la salida alberga una paso de tercer grado. No descarto subirla algún día, pero tiene que ser con tiempo seco, en verano. En esta ocasión nos conformamos con visitarla desde arriba.


Seguimos subiendo (E) y en pocos metros pisábamos la cima de Ihurbain (1428 m). Desde la cumbre, mirando hacia el valle (N) destacan los pueblos de Arbizu, Lakuntza, Arruazu y Huarte Arakil. Continuamos (E) atravesando el lado occidental del sinclinal y en pocos minutos hollábamos la cima de Berian o San Donato (1485 m). Después de comer el bocadillo en la ermita de los santos Donato y Cayetano, iniciamos el descenso.




Volvimos sobre nuestros pasos, pero antes de llegar a la altura de la grieta de Ihurbain, un gran hito a nuestra izquierda, señala el portillo de Unanua (1400 m) e indica el punto por donde bajar la gran muralla. Unos metros más adelante conectamos con la senda de subida que volvimos a recorrer pero en sentido inverso.





DATOS

DISTANCIA: 10,5 KM

DESNIVEL POSITIVO: 870 M

TRACK PARA GPS

FOTOS DE LA MARCHA

LA RUTA EN YOUTUBE

PICO LA CORONILLA, LA TEJEDA DE TARTALÉS DE CILLA Y LAS CUEVAS DE LOS PORTUGUESES DESDE EL DESFILADERO DE LA HORADADA

 


EUSKERA

En las Merindades de Burgos, muy cerca de Trespaderne, se encuentra el desfiladero de la Horadada, tallado por el río Ebro en las paredes de las estribaciones meridionales de la sierra de la Tesla. El punto culminante de estas elevaciones es el Pico La Coronilla, nuestro objetivo de la jornada. Pero además, visitamos la Tejeda de Tartalés de Cilla y las Cuevas del Pontarrón o de los Portugueses. En esta ocasión acompañé al Grupo Alpino Turista de Barakaldo, mi club de montaña de toda la vida.

La ruta comienza en el mismo desfiladero, entre los kilómetros 4 y 3 de la carretera N. 629, justo en el punto donde un cartel indicador (540 m) nos señala la senda de la Tejeda de Tartalés de Cilla. Comenzamos a caminar con dirección noroeste elevándonos por una fortísima pendiente que gana altura en el bosque de boj, encinas y pinos. En poco más de un kilómetro, subimos 450 metros de desnivel hasta alcanzar los famosos tejos (960 m). Se dice que alguno es milenario, suponemos que los más gruesos. Los carteles explicativos nos advierten de no maltratar a los tejos y de como comportarnos en la Tejeda: No subirse a los arboles, no cortar ramas, no pisar las raíces (es casi imposible), no alterar el suelo y no salirse del sendero.

Llegamos al final de la cuesta (1040 m), donde la senda, sin perder la orientación noroeste, llanea durante un trecho y luego, inicia un descenso hasta la cota de 960 metros. En este momento, cogimos una pista que sigue una alambrada y se dirige hacia el oeste. En unos metros encontramos una senda por nuestra derecha, según la marcha, que entra en el pinar y sube hacia el norte hasta llegar al cordal de la Coronilla. Enseguida divisamos los promontorios pétreos donde se encuentra la cima. Para alcanzar el buzón hay que trepar un poco. La Coronilla (1158 m). En el lugar destaca la presencia de una caseta-refugio. Al norte se levanta la sierra de la Tesla y al sur se abre el valle de Valdivielso, siendo Panizares el pueblo que tenemos justo a nuestros pies.


Comenzamos el descenso (NO) por la vertiente sur, mirando al valle de Valdivielso hasta alcanzar el collado de Panizares ( 1053 m). Aquí cambiamos de dirección hacia el noreste para situarnos en poco tiempo en el collado de Las Muñecas (937 m), donde encontramos una curiosa construcción en forma de esferas huecas, que se supone deben servir para que los caminantes pernocten. No parecían muy cómodas. Nosotros continuamos por la pista que baja (SE) a Tartalés de Cilla, siguiendo el curso del arroyo de las Torcas.

Un kilómetro más abajo llegamos de nuevo a la N 629. Pero todavía nos quedaba algo por visitar. Al pie de la misma carretera, donde el arroyo de Las Torcas desemboca en el Ebro, se levantan unas paredes de arenisca con habitáculos tallados. Son Las cuevas del Pontarrón o de los Portugueses. Las habitaciones más antiguas datan de los siglos VIII-X, cuando tuvieron la función de eremitorio o de alojamiento para pastores nómadas. Pero en los primeros años del siglo XX, fueron ocupadas por trabajadores portugueses que trabajaron en la construcción del canal hidroeléctrico de Trespaderne. En un principio, eran cavidades independientes cerradas por una puerta de madera, pero los portugueses tallaron los pasillos que en la actualidad las comunican.

Desde la carretera, avanzando por el arcén paralelo al río Ebro, en menos de un kilómetro, llegamos al punto de inicio de la ruta.



DATOS:

DISTANCIA: 12KM

DESNIVEL POSITIVO: 750M

TRACK PARA GPS

FOTOS DE LA MARCHA

MACIZO DE MAMPODRE: PICO LA CRUZ O MAMPODRE, PICO CERVUNAL, PICACHO VALCERRAO Y PICO POLINOSA DESDE MARAÑA. VUELTA POR EL VALLE DE VALVERDE.

 


EUSKERA

Decidimos subir al macizo de Mampodre situada en el noreste de Leon muy cerca de Riaño. Esta sierra agrupa una serie de cumbres conectados. Es muy frecuente que los montañeros enlacen varios de ellos. Nosotros encadenamos el pico La Cruz o Mampodre, el pico Cervunal, el picacho Valcerrao y el pico La Polinosa en una ruta circular que partiendo de Maraña recorre la sierra y vuelve por el valle de Valverde.

Queríamos hacer una salida invernal, pero nos faltó la nieve. Sin embargo, el frío fue el protagonista de la jornada. Realmente, sí tuvimos nieve, aunque fueran grandes neveros muy venteados que con el frío creaban una costra dura,  practicable con crampones.

Comenzamos la caminata en la plaza de Maraña (1240 m), al lado de las grandes letras del nombre del pueblo y con el macizo de Mampodre como telón de fondo. Entre calles, nos encaminamos hacia el noreste hasta salir del área urbana y atravesar el río Maraña por un puente. Entramos en los prados de una zona llamada “la Portillera” y ascendimos hacia el sur hasta alcanzar el collado este (1500 m) del bloque que forman el pico “La Cruz”, el pico “Salamanquino” y las “Peñas del Convento”. Enfrente nuestro, hacia el sur, en el fondo del valle, el arroyo de Mampodre forma un pozo del mismo nombre y de seguido se levantan las paredes de la “Peña del Mediodía” y de “Cervunal”. Nuestro camino, en cambio, nos llevó hacia la derecha (SO) para atravesar las laderas escarpadas de las estribaciones que bajan desde el pico La Cruz, Las Peñas del Convento y el “Salmanquino”. Fue un tramo un tanto incómodo, sin senda, sorteando vegetación y rocas, pero no perdiendo altura.

Llegamos a una zona más ancha (1600 M), donde encontramos bastantes hitos y donde nos pusimos los crampones porque ya hizo acto de presencia la nieve dura. Encima de nosotros se levantan las intimidantes paredes de las Peñas del Convento. Subimos (S) por una pista cubierta de nieve helada y al de unos metros, en la cota de 1740 m, encaramos una inclinada ladera (SO) donde los crampones trabajaron de lo lindo. Este tramo es muy pendiente, pero en la parte alta suaviza y coge dirección oeste hasta alcanzar el collado de Valverde (2100 m) que separa el pico de la Cruz y Las Peñas del Convento del pico Cervunal.

Dejamos las mochilas y nos dirigimos hacia el norte. Justo en el extremo norte del collado subía una traza de huellas en la nieve en dirección a la cima de las Peñas del Convento, pero la descartamos y continuamos adelante. Enseguida aparece la cara sur del pico Mampodre o de la Cruz. Se sube con una pequeña trepada fácil. Como he dicho antes no había mucha nieve, pero los neveros endurecidos aparecían por doquier. El collado estaba cubierto por uno. La trepada al pico La Cruz tenía varios. Esta circunstancia nos hizo dudar si llevar crampones y piolet o no, porque la arista cimera, un poco aérea, con un nevero helado hubiera sido difícil de recorrer. Al final encaramos la subida sin crampones, aunque perdimos algún tiempo entre ponerlos y quitarlos. Llegamos a la arista cimera sin problemas y a la cúspide. Pico La Cruz (2192 m).

Las vistas desde la cima abarcan un amplio espectro de la cordillera cantábrica. Al este, Picos de Europa y Alto Carrión; al oeste, Las Ubiñas; al norte, Peña Ten y al sur, los montes de Riaño.

Volvimos al collado Valverde y ascendimos (S) las laderas del Pico Cervunal (2169 m). Seguimos (O) por la ladera herbosa, descendiendo unos metros hasta el picacho Valcerrao (2136 m). A continuación, descendimos hasta el collado Cervunal (2027 m) que separa el pico La Polinosa del Cervunal-Valcerrao. A nuestros pies, hacia el noroeste, se abre el valle de Valverde, por donde retornamos a Maraña

Ahora, la ruta asciende (O) las laderas de La Polinosa, siguiendo una senda al principio y luego hitos. La parte final de la subida tiene piedras descompuestas y resulta algo incómoda. Por fin, llegamos a la cima: La Polinosa (2159 m). Descendimos hacia el oeste, por la ladera bastante inclinada que desemboca en un collado (1940 m), también llamado Valverde. Desde aquí, continuamos bajando por nuestra derecha (N), primero monte a través y luego por una trocha, hasta llegar al arroyo Valverde. Lo cruzamos y avanzamos (N) por una senda que recorre la margen derecha del riachuelo, pegada al cauce. Al de algo más de un kilómetro, volvemos a pasar a la orilla izquierda. La ruta se dirige hacia el este y entra una gran pradera recorrida por el arroyo Valverde que en algún momento hay que vadear. Así, se llega a la carretera y en breve a Maraña.




DATOS
DISTANCIA: 14,17 KM.
DESNIVEL POSITIVO: 1180 M.










CASTILLO DE ACHERT POR LA RUTA NORMAL (DESDE EL CAMPING DE LA SELVA DE OZA).

 


EUSKERA

Como dije en el post anterior, fue un fin de semana en el valle de Echo. Rodeados de un otoño espléndido, el día anterior recorrimos la senda que conduce al ibon de Acherito por el barranco de Las Foyas y vuelve por el barranco de Acherito. Dejamos para el domingo el plato fuerte, la ascensión al “Castillo de Achert”, porque el tiempo era mejor, sin riesgo de lluvia y con cielos despejados.

Aparcamos frente al camping de la selva de Oza (1140 m). Iniciamos la ruta hacia el sur, caminando unos metros por la carretera. Pronto, un poste indicador nos marca el camino, entrando en una zona recreativa, con una tirolina, al lado del campamento de “Ramiro el Monje”. Seguimos un track de GPS que nos llevó a través del bosque, por una senda que da una gran curva y comienza a ascender (E) paralela al barranco de Espata. Hay postes indicadores que marcan el camino. En seguida, salimos a una pista que viene desde el parking, donde dejamos el coche, pero, aunque es más cómoda, resulta más larga también. Nuestro itinerario la atraviesa y continua (E) por la senda que sube con fuerza por el bosque. Progresivamente la ruta se dirige hacia sureste por senda señalizada y poco a poco se suaviza. Así llegamos al barranco de Espata, donde cruzamos el arroyo.

Ya contamos en el post anterior que el bosque estaba lleno de setas. Llamaban la atención los setales de Pardilla (Clytocibe Nebularis) y de lengua de vaca (Hydnun Repandum) que encontramos a los lados del camino.

La ruta vuelve a inclinarse, siendo el último tramo del bosque bastante duro. Por fin, dejamos atrás los árboles y salimos a una zona con un suelo de color rojizo que mezcla tramos de arcilla con una roca que se asemeja a la gravilla y resulta resbaladiza. El color rojo del suelo llama la atención. Aparece por todas las laderas de esta montaña. Son rocas sedimentarias llamadas lutitas, de época pérmica.

La senda sube (SE) por los prados de altura y deja a su derecha una cabaña forestal. Nosotros no paramos en la cabaña y seguimos hacia la gran muralla que ofrece el “Castillo de Achert”. No hay pérdida porque la senda es muy evidente. Primero se encamina hacia el sureste, luego hacia el norte y en breve toma la dirección este. Así, ganamos altura y llegamos a la zona donde desaparece la hierva y comienzan las pedreras. El momento lo marca una gran roca con forma cúbica. Ahí, la senda comienza a dibujar un gran zigzag (N). Según subimos la inclinación aumenta y el trazo del zigzag es más cerrado, lo que hace que el esfuerzo a realizar sea mayor. Los últimos pasos exigen que nos agarremos a las rocas, pero sin dificultad. Por fin, llegamos al paso que da acceso al sinclinal colgado*. Se trata de una estructura geológica singular. El interior de la gran elevación está vaciado como si fuera el cascarón de un barco, mientras que los lados se elevan en forma de dientes de sierra. Visto desde el exterior, todo el conjunto tiene la forma de una elevación fortificada, de ahí el nombre de “Castillo”. En el extremo oriental se encuentra la cota más elevada. Una senda muy clara se encamina hacia allí (E). Cima del “Castillo de Achert” (2385 m).


Desde la cima las vistas son escepcionales: Hacia el este se despliega la cadena axial del Pirineo, donde destaca en primer término “Midi D´Ossau”, le sigue “Palas”, “Arriel”, “Balaitus”, “Gran Facha”, “Vignemale”, y al fondo las tres “Sorores”: “Cilindro de Marboré”, “Perdido” y “Añisclo” o “Soum de Ramon”; hacia el sur destacan “Bisaurin” y “Agüerrí”; hacia el oeste “Peña Forca”, “Lenito” y “Rincón de Alano” y hacia el norte “Acherito”, “Petrechema” y La Mesa de Los Tres Reyes.






Volvimos por el mismo camino.

*Sinclinal colgado del Castillo de Achert.- La orogénesis pirenaica provocó aquí un pliegue cóncavo de rocas carbonatadas, calizas. Los lados se elevaron y la zona cóncava sufrió una intensa erosión disolviendo las calizas en forma de dolinas, agujeros, como se puede apreciar en todo el fondo del sinclinal.


DATOS

DISTANCIA: 14 KM

DESNIVEL POSITIVO: 1250 M

TRACKPARA GPS

FOTOS DE LA MARCHA