PEÑA VIEJA Y TESORERO DESDE EL CABLE.






Iniciamos la marcha desde el cable Fuente De (1834m). Con dirección NO recorremos el ancho camino que se dirige hasta el collado de Horcados Rojos, pasando por debajo de las caras oeste de Peña Olvidada y Peña Vieja. Más allá de la “Vueltona” llegamos a una bifurcación (2200 m) justo debajo de la Aguja de Bustamante. Nos dirigimos E, hacia la derecha, para ascender hasta el collado de la Canalona (2444 m). Durante el camino nos da sombra la aguja de la Canalona. Luego SE nos encaramamos a la cima de Peña Vieja ( 2.613m) después de superar la empinada pedrera y el roquedo del tramo final.

Volvemos a la bifurcación y cogemos NO el camino hacia el collado de Horcados Rojos. Pasamos al lado de Cabaña Verónica pero continuamos hacia adelante. Algo antes de llegar al collado los hitos nos marcan un desvío hacia la izquierda O. Ahora el camino atraviesa un roquedo donde hay que prestar atención para no perderse. En más de una ocasión es necesario usar las manos para trepar algún paso, pero sin complicación. Llegamos al collado debajo de la pirámide del Tesorero (2570 m) e iniciamos la ascensión al tramo final. Es una trepada por chimenea muy fácil.




ZERRALUNTZA, COCINAS Y SAN LEON DESDE EL PUERTO DE LA HERRERA


Tras una noche riojana con txuletillas, vino y txanpan Manu, Roberto y yo decidimos hacer el esfuerzo de madrugar y acercarnos hasta el Puerto de Herrera para realizar un paseo que nos despeje.
Aparcamos el coche en el alto, a la izquierda según llegamos de Leza. En frente existe una zona asfaltada y cercada que nos crea dudas. No parece un parking. ¿Un helipuerto? Roberto es siempre así de exagerado. Es llamativa la variación entre la ladera Norte (valles alaveses) y la Sur (Rioja) La diferencia entre el cerrado bosque de hayas y el sotobosque mediterráneo de boj, encinas y carrascas. Una maravilla ambos de todas formas.
0.00´Iniciamos la marcha junto a un poste de señales que señala una senda que se introduce en el hayedo. Al principio está parasitado por una enredadera rastrera que dificulta la vida vegetal de otras especies, luego va predominando un hayedo más espaciado, limpio y variado que nos hace disfrutar de algunas especies micológicas como el llamativo Falicus impúdicos de la foto.

0.30´ Proseguimos sin prisa hasta que nuestro sendero desemboca en una pista que también proviene de la carretera de Herrera, unos cien metros después de coronar dirección Urizaharra (Peñacerrada)

Ahora debemos estar atentos, pues cien metros después unas señales en un haya y un cairn nos marcan el inicio de la subida a la cumbre de Zerraluntza.

La senda está muy marcada dentro del hayedo, con pintura en algunos troncos, que nos deja en un colladito donde detectamos presencia de puestos de caza. Nombre apropiado: Los cerdos.  Seguimos pendientes de los cairns que ahora nos encaminan por una senda que empieza a trepar por la roca caliza en un entretenido sendero estrecho, empinado y cercado d e vegetación que se abre solamente en la cumbre.

0.51´Zerraluntza (1.199 m)

Vistas impresionantes hacia el N (Gorbeia, montes de Vitoria, aldeas de Montoria, Urizaharra, Pipaón…) Hacia el Sur S. Leon y el cordal que se desprende hacia el Cocinas y Atxabal nos impide la visión directa de la Sonsierra riojana, pero entre la bruma divisamos, o eso creemos, San Lorenzo, Demanda… Al Este Toloño nos cierra perspectivas, pero no nos importa. Su silueta entre la neblina es sublime.

El porrón que hace de buzón, y del que Manu insistía en la forma de echarle un trago, es uno de los más originales que he visto.

Retornamos por el mismo camino a la pista que traíamos y que conecta los puertos de Herrera y Ribas de Tereso. Andamos un par de minutos y salimos a un claro. Una marcada pista desciende a la derecha rumbo de Montoria y al lado contrario apenas se vislumbra una senda que cae hacia el Santuario de la Rosa y Ábalos. Nosotros continuamos un minuto más entrando de nuevo al hayedo para ver a la izquierda de la pista un cairn que nos invita a abandonar la comodidad y trepar bosque a través  de frente y a las bravas buscando el cordal para suavizar la ascensión. El hayedo es cerrado pero se anda con comodidad si obviamos el desnivel. Vamos con los ojos pegados al suelo. Los cantarellus cibarius que vamos a recoger por cestos, Roberto dixit, nos espabilan la resaca y atemperan el sudor.

Como digo vamos buscando el cordal que nos eleva con menos incomodidad hasta el buzón del Cocinas.

1h. 20´ (1.188 m)

No tenemos vistas lamentablemente, pero compensamos con la semipenumbra que nos protege del sol que parece decidido a salir. Ni rastro de cibarius claro, así que retornamos cordal abajo. En un minuto vemos marcas y cairns que salen a la izquierda. No sabíamos que la ruta a la cumbre estaba señalizada. Decidimos seguirlas y nos llevan a la pista que traíamos. 136 metros más delante de donde nos salimos de ella en busca de la cima del Cocinas, según el Gps de Manu.

Sólo nos queda volver al coche por la cómoda pista protegidos del sol y el calor. Insistimos con las setas, pero nada. Nos conformamos con las fotos del Impúdicus. Qué vida más cruel.

2h. 05´Puerto de herrera (1.110 m).
Podemos alargar la excursión con la visita al San león. Un monte peculiar.
Tomamos una pista de grava que sale del mismo alto donde hemos dejado el coche. De forma implacable asciende hasta las instalaciones de televisión (13´) Allí mismo existen unas escaleras de madera (257 según alguien que ha tenido la paciencia de contarlas, al bajar supongo) que nos permiten salvar el desnivel con la cima (20´, 1.222 m) .
Es denunciable que una cumbre tan interesante, con unas vistas impresionantes sobre casi toda Araba y parte de La Rioja esté asediada por un innumerable e innecesario bosque de antenas, cables, casetas y demás parafernalia. Podemos admitir la necesidad de una antena de conexión, pero se ve claramente que muchas de ellas están en desuso, roñosas, caídas, rotas… El cuento de siempre. Se instala, el mantenimiento se olvida y el reciclaje se pierde en el olvido y la apatía. Muy mal.



LA MAROMA DESDE CANILLAS DE ACEITUNO.




La Maroma tiene una altitud de 2065m y es la cima más importante de Málaga y de sierra Tejada, incluida en el parque natural de Sierra Tejada, Almijara y Alhama. Geológicamente está compuesta, principalmente, por mármoles dolomíticos que se descomponen en una arenilla característica.

Desde Canillas de Aceituno se asciende su cara sur, por el conocido como “Camino de Las Nieves”,  salvando un desnivel de 1500m aproximadamente.

De la parte alta del Canillas, al lado de un corral de cabras, parte un pista muy bien señalizada con postes de madera decorados con rayas blancas y verdes y la signatura SL-A-142 que me acompañarán en la mayor parte del recorrido.

Comienzo la marcha con dirección NE.   Ya desde el principio asciendo  por un pinar desde donde tengo una panorámica excelente de Canillas y del pantano de La Viñuela.  Sigo y al de un rato miro al sur para encontrarme con el mar. El Mediterraneo inmenso. Entre él y mi cámara la serranía con el salpicón de cortijos blancos. En la línea de costa se levantan, rompiendo el paisaje, los hoteles y demás emporios turísticos. En poco tiempo alcanzo el lugar llamado La Rábita, hay una magnífica fuente y un cartel que  informa sobre su historia.

Continuo unos  metros más arriba. El camino cambia de rumbo hacia N apareciendo, por primera vez, las paredes de la vertiente sur de La Maroma que miran hacia el barranco del rio Almanchares. Ahora  el rumbo gira poco a poco hacia NO, izquierda, para atravesar el barranco de las Tejas Lisas.  El camino ancho y pedregoso recorre parajes solitarios pero de una belleza particular, salvaje. La roca cambia de color dominando los tonos oscuros. A la aridez de la piedra se le escapa una naturaleza que se resiste en una suerte de plantas y arbolado que un montañero del norte no sabe diferenciar. Por momentos el camino se empina pero un inteligente zig-zag facilita el ascenso.

Ya llevo varias horas caminando y subiendo, la naturaleza se va retirando, llego al imperio de la piedra. En la cota de 1700m giro a la derecha para coger dirección ENE. Estoy en el último tramo y la pendiente se suaviza.  Han desaparecido los postes de madera y ahora me guio siguiendo las marcas verdes en el suelo y, sobre todo, los  hitos de piedra. Sin perder la dirección indicada avanzo hasta la cima. Por el camino me encuentro con un par cabras montesas, me gustaría que fueran salvajes, pero, por la forma que me miran, diría que están más acostumbradas a la presencia humana que los guardas jurado del Corte Inglés.

En la cima hay un hito geodésico gigante, un buzón y una placa de la “Agrupación Montañera de la Axarquia”.  Desde la cima diviso varias serranías pero no las conozco. Para otro año.

Vuelvo por donde he venido.