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LA SENDA DE RÍO SECO

 


 EUSKERA

La ruta comienza en Las Machorras (830 m) y recorre el valle de Río Seco. A la salida de las Machorras con dirección al puerto de Estacas de Trueba un poste indicador nos marca el camino a Río Seco. Iniciamos la marcha con dirección suroeste siguiendo las marcas blancas y moradas que nos acompañarán durante todo el recorrido. Primero caminamos por una pista cementada entre cabañas y prados, al principio encajonada en los muros de piedra típicos de la zona pasiega. En pocos minutos llegamos a una bifurcación al lado del pinar, por la izquierda se llega a Mingo Pajaro, y por la derecha a Río Seco nuestra ruta. Continuamos subiendo con dirección sur, también por pista cementada y a la sombra que el pinar proyecta sobre el camino. En breve aparecen las marcas de la ruta (moradas y blancas) señalando una desviación a la derecha, pero no la cogemos porque será el punto por donde regresaremos a Las Machorras. Así alcanzamos las cabañas de los barrios de Bustrolama y Las Vegas. 


 Un segundo desvío a la derecha, que está vez si tomamos, nos va sacando del arbolado para llegar a una zona descampada. Estamos en la cabecera de Rio Seco por debajo del pico Carrascosa. Avanzamos con dirección suroeste hasta pasar al lado de las cabañas de Río Seco y por encima del mismo río. Una vez en la otra vertiente comenzamos el descenso (NE) a los pies de los molinos de viento del pico Las Crespas. Caminamos primero por pista y luego por carretera, hasta llegar a un punto donde las indicaciones (ENE) nos sacan de la carretera y nos meten en unos prados que desembocan en el hayedo. Ahora descendemos entre hayas, cruzamos el río en dos ocasiones y por fin llegamos al punto de salida en la pista cementada que hemos cogido en la subida. Ya solo nos queda bajar a Las Machorras de nuevo. En este tramo del bosque, aunque está muy bien señalizado, es fácil perderse por lo que habrá que fijarse y no despistarse.

 


Es un recorrido de senderismo muy completo con unos 400 metros de desnivel y unos 11 km de distancia. El paisaje es el típico pasiego donde se mezcla el pinar, el hayedo y los prados con sus cabañas. Desde el recorrido, mirando hacia el Sur y Este, se pueden ver las cumbres de Picón Blanco, La Imunia, Las Crespas y el Pico La Miel.

 


 

TRACK PARA GPS

 FOTOS DE LA MARCHA

 

ENTRE DESFILADEROS PR.C.BU-40




En la casa del monumento Natural de Ojo Guareña, situada en Quintanilla del Rebollar, nacen varios Pequeños Recorridos (P.R.) de la red de senderos de Ojo Guareña. En esta comunicación vamos a describir uno de ellos, el PR.C.BU.40 “Entre desfiladeros”. Son 13 km con un desnivel mínimo de unos 250 m, pero recorre un entretenido paraje pasando por las poblaciones de Cornejo, Hornillalatorre y Quintanilla del Rebollar. El recorrido no tiene pérdida solo hay que seguir los postes indicadores y las marcas blancas y amarillas que jalonan todo el camino.


Dejamos el coche en el parking de la Casa del Monumento (720 m). Aquí mismo encontramos los primeros postes indicadores que señalan la dirección de varias rutas. Entramos en Quintanilla  E , pasamos la carretera por encima del rio Ulema y nos encaminamos hacia la posada real “El Prado Mayor”. Unos metros más adelante, las marcas blancas y amarillas cambian de dirección SE llevándonos por una senda, entre prados con muros de piedra, hasta las afueras del pueblo en la carretera general .
 
 
Al otro lado de la carretera, una pista se dirige unos metros hacia ESE, pero rápidamente da una marcada curva a la derecha SO. Tres arroyos la atraviesan mientras sigue paralela al río Ulema. Salimos a un cruce de caminos que volveremos a encontrar a la vuelta. En el mismo cruce hay un poste indicador señalando la doble dirección. Continuamos a la derecha O unos 150 m, apareciendo otro desvío a la izquierda SO que tomamos. Caminamos por pista entre prados pero pronto la senda sube por una zona más frondosa con robles y encinas, debajo de los cortados calizos. Este lugar se conoce como la Dehesa. Según avanzamos la dirección varía a sur. Salimos a un terreno con menos arbolado, La Quintana, con los cortados encima nuestro y cerca de la carretera a Cornejo.
 
 
Descendemos a la carretera, recorremos unos metros y nos acercamos a la orilla del río Trema para pasarlo por unos atrancos (grandes piedras). El río trae bastante agua y en vez de atravesarlo decidimos volver a la carretera. Unos metros más adelante el cauce está seco. El río desaparece, el entorno cárstico por donde discurre lo engulle hasta que vuelve a surgir a unos kms de Cornejo. Sin embargo, si trae suficiente agua, no desaparece. 
 

Entramos en el cauce seco y pasamos al otro lado para poder subir a las cuevas que en su día talló el agua. Hay unas estructuras de madera que facilitan la visita pero está prohibido entrar en las cavidades. El agua a disuelto las calizas por sus planos de rotura o diaclasas dando lugar a formas curiosas. La senda continua SE por este lado del río hasta Cornejo, por lo que no hay que volver a la carretera.
 
 
Una vez en Cornejo (640 m), pasamos la carretera sobre el rio Trema y nos dirigimos N hasta el cruce de la carretera de Villarcayo (BU-562). Continuamos E por esta carretera unos 500 m hasta encontrar un poste indicador que nos mete a la izquierda, en el monte.
 

La pista comienza una suave ascensión E, a través de un terreno pedregoso, calizo, y poblado con matorral y encinas. Más adelante , a la altura del arroyo de la Rad, la dirección cambia a NE . Así llegamos a la cota de 760 m en lo alto de los cortados. Al norte podemos ver el valle donde divisamos la aldea de Herrera y los montes del Somo. Al Este tenemos el barranco del arroyo de la Hoz y la carretera que conduce a Hornillalastra, también continúan las elevaciones en forma de proa de barco, justo enfrente nuestro se encuentra La Citorca.
 
 
 
Descendemos N por el lado izquierdo del barranco del arroyo de la Hoz hasta Hornillalatorre. El camino pasa por delante de la iglesia. Dejamos la aldea con dirección NO. Atravesamos una zona de arbolado y contemplamos una panorámica excelente del Neveron del Poyuelo, luego O volvemos al cruce que encontramos al inicio. Desde aquí sólo tenemos que retomar el primer tramo del recorrido para volver a Quintanilla del Rebollar (700 m).
 
 

 
DATOS
DISTANCIA: 12 KM
DESNIVEL: 251 M

EL CURRO. EN LAS MACHORRAS DE ESPINOSA DE LOS MONTEROS.





Un ruta típica de senderismo. Se recorren entre 15 y 16 km por pista y se sube un desnivel de 550 m para ascender al Curro, un promontorio con unas vista magnificas sobre el circo que lleva el mismo nombre y las cumbres que lo rodean, Cubada Grande, Cubada pequeña, La Horadada, Castro Valnera.


Iniciamos la marcha en el puente sobre el río Trueba en la carretera de Lunada, justo donde está el cartel indicador de otra ruta "La senda del Bernacho" (enlace) rayas blancas y amarillas. También comienza en este punto "La vuelta a Salcedillo" (enlace) rayas blancas y azules. Nuestra ruta está claramente balizada y marcada con postes indicadores y rayas rojas y blancas.


Las tres recorren a la par los primeros 800 m (primero NO y luego O). Un poste indicador señala el desvió para "La ruta del Bernacho" a la derecha. Continuamos hacia adelante, pasamos el arroyo de Lunada y llegamos a una nueva bifurcación donde cogemos la derecha abandonando "La Vuelta a Salcedillo" que continua por la izquierda. Avanzamos entre cabañas ganando algo de altitud, luego la pista sigue un itinerario paralelo al río Trueba hasta llegar al puente medieval. Aquí giramos al norte y comenzamos a ganar altura teniendo La Horadada en frente. La pista hace algún quiebro, entra en un hayedo y llega hasta el circo del Curro cuya base está ocupada por un amplio prado con cabaña de uso privado.



 La pista vuelve a dar un quiebro y sigue ascendiendo hacia el SE luego vuelve a girar hacia NO y llega a lo alto del promontorio donde un poste de madera indica que estamos en el Curro. Volvimos por el mismo camino.



LA RUTA DE LA FRENTE. EN LAS MACHORRAS DE ESPINOSA DE LOS MONTEROS.





Es una ruta circular que comienza en Las Machorras sube el curso del río Trueba, remonta las estribaciones de Las Crespas y vuelve a Las Machorras por el valle de Rio Seco.


El inicio de la ruta coincide con "La senda de Valdescaño y la Vuelta a Salcedillo" (ver enlace) que describí en un post anterior. Partimos de Las Machorras. Detrás de un gran roble situado en centro del barrio cogemos la pista asfaltada que nos lleva a un puente sobre el rio Trueba, donde ya encontramos las rayas blancas y azules que nos guiarán durante todo el recorrido. Con dirección ONO seguimos el curso del rio pasando por el barrio de Berolunchu y por los pozos conocidos como los Pilangreros. A un kilometro del primer puente encontramos un segundo que no pasamos. Seguimos, ahora con dirección NNO, hasta llegar a unas cabañas donde la senda se cementa. Cambiamos a Oeste para llegar a un tercer puente que sí cruzamos y que tiene un poste señalizador indicándonos la dirección de ruta "La Frente". Aquí abandonamos la senda de Valdescaño.


Ahora cambiamos SE entre prados y las cabañas del barrio del Cuadradal hasta llegar a la carretera de Lunada. La ruta comienza la travesía de las estribaciones de Las Crespas para pasar al valle de Rio seco. Al otro lado de la carretera cogemos una pista que sube (Oeste) hasta la cota de 1000 m, luego dibuja un amplio zigzag hacia el sur cerca del monte Lalar, pasa al lado de unas cabañas que crían burros y sube por el hayedo. No perdemos la orientación sur hasta salir del hayedo en la carreta que recorre el valle de Rio Seco. Ya estamos en la otra vertiente de Las Crespas, continuamos un tramo (300 m) por carretera hasta encontrar un poste indicador que nos lleva hacia el SE, unos doscientos metros, entre prados de nuevo. Luego, con orientación general SO, seguimos más o menos en zigzag pasando por varias cabañas hasta volver a salir de nuevo a la carretera durante unos 50 m. La ruta nos vuelve a meter entre prados, esta vez con dirección Este para descender hasta el Rio Seco mientras atravesamos otro magnifico hayedo. Durante todo este tramo Las Crespas y los molinos de viento presiden el recorrido.


Una vez atravesado el río, seguimos paralelos a su margen derecho, hacia el NE, dentro del hayedo, hasta salir a la amplia pista que con la misma dirección nos devolvió a Las Machorras.


LA SENDA DE VALDESCAÑO Y LA VUELTA A SALCEDILLO. EN LAS MACHORRAS DE ESPINOSA DE LOS MONTEROS.



En esta ruta juntamos dos sendas entorno a las Machorras, La senda de Valdescaño u Orejones de Montescuso y la senda de Salcedillo.  Iniciamos la marcha en las Machorras, a la altura de un gran roble situado en el centro del barrio. Una pista, al principio asfaltada, se dirige al rio Trueba (N) llegando a un abrevadero y un puente. En el puente ya aparecen las marcas verdes y blancas que nos guiarán en la primera parte del  recorrido (también aparecen marcas azules y blancas pero corresponden a la senda de La Frente que nos acompañaran en un tramo largo pero luego se desvían de nuestra ruta). Entramos en el barrio Berolunchu y por pista cementada avanzamos entre cabañas con dirección más o menos NO. Llegamos a un lugar llamado Pilangreros y siguiendo al poste indicador bajamos al rio para ver los pozos que reciben ese nombre, un rincón de baño digno de visitarse.


 Volvemos al camino, vamos pegados a la vera del río, llegamos a un segundo puente, pero pronto las marcas nos llevan campo a través pasando debajo de las estribaciones de La Imunia. Nos separamos del río hasta encontrar un grupo de cabañas con una pista cementada que baja  a Salcedillo a la altura del puente en la carretera de Lunada. La senda de Valdescaño termina en este punto donde se ha habilitado una zona de parking, unas mesas y bancos para descansar.


Al otro lado de la carretera vemos el tablón que anuncia la senda del Bernacho. En este mismo punto comienza la segunda parte del recorrido, la senda de Salcedillo.  Se trata de un tramo circular, 2,5 km, comienza en el puente de lunada y acaba unos metros más abajo en la misma carretera. Durante unos 800m coinciden las sendas de Bernacho ( marcas blancas y amarillas) y de Salcedillo (marcas blancas y azul claro). Cuando se separan la senda de salcedillo va trazando un recorrido circular (marcas blancas y azul claro) que acaba transcurriendo en paralelo al río Trueba para terminar en el puente romano muy cerca de la carretera.



Volvemos a Las Machorras retornando por la senda de Valdescaño. En total, ida y vuelta, recorreremos unos 8 km, casi sin desnivel.




SENDA DEL ESTRAPERLO- DE ESPINOSA A LAS MACHORRAS



Tomamos como punto de partida las cocinas, una zona habilitada con bancos y parrillas para barbacoas, situadas a las afueras de Espinosa junto al antiguo ferial del ganado. La orientación general de todo el recorrido es NO y desde el principio el camino está jalonado con marcas naranjas y blancas. Comenzamos la marcha hacia el Bardal, una gran explanada de inundación del rio Trueba. Justo al superar los edificios del ferial giramos a la izquierda y entramos en el Bardal, lo atravesamos por la pista central hasta llegar a Barcenas.  A la entrada encontramos un explanada de hierba con un gran árbol y una gran piedra que sobresalen, también aparecen postes indicadores. Nos indican el camino hacia las Machorras, punto de llegada de nuestro recorrido, bien por Barcenas o bien por el molino. Cogimos la dirección del molino hacia la izquierda siguiendo una pista muy ancha. Antes de llegar al molino giramos a la derecha y continuamos por un camino pegado al margen del río, pasa por el salto de agua del molino y se adentra entre prados para acabar en el puente sobre el río Trueba. Este último tramo no tiene problema pero es conveniente no perder de vista las marcas naranjas y blancas.



Una vez pasado el puente, a los pocos metros un nuevo poste indicador nos lleva a la derecha. Una senda recorre la margen derecha del río, según el curso de éste, hasta las Machorras. Son unos tres kilómetros francamente muy agradables por la margen del río que nos ofrece estampas de postal y la típica vegetación de ribera con abundantes avellanos. 



En algún momento la senda se aleja un poco del río para salvar un margen no transitable, sube por la ladera con escaleras y barandillas. Algo más adelante un puente de madera muy coqueto ayuda a pasar un arroyo. Por fin llegamos a las Machorras. Volvemos por el mismo sitio. Han sido, en ida y vuelta, unos doce kilómetros casi sin desnivel. 





DESDE SALCEDILLO A BERNACHO P.R. BU 87. EN LAS MACHORRAS.



Las Machorras es el barrio pasiego de Espinosa de Los Monteros. Sus habitantes son conocidos como los pasiegos de Burgos. Su economía, LA ARQUITECTURA DE SUS CABAÑAS y en general su modo de vida se correspondía, hasta hace muy poco, con las comunidades de los valles cántabros colindantes de Vega de Pas, San Roque de rio Miera y San Pedro del Romeral, las tres villas pasiegas. El conjunto ofrece un paisaje típico, cabañas con lindes de piedra, separando los prados, y ganado. Como telón de fondo los puertos de la Sia, Lunada y Estacas de Trueba. También sobresalen montañas como Castro Valnera, La Cubada Grande o Peña Lusa.


Pasando Las Machorras, llegamos a la bifurcación que divide la carretera BU 570 en dos ramales, bien hacia Estacas de Trueba BU 573, bien hacia Lunada BU 572. Vamos hacia Lunada. A unos cien metros de superar la bifurcación, la carreta pasa por encima del rio Trueba que acaba de unirse al arroyo Lunadas, y justo al otro lado del puente dejamos el coche en un pequeño rellano que se encuentra a la derecha. Estamos en el barrio de Salcedillo, un salpicón de cabañas muy bien conservadas, algunas restauradas recientemente con mucho gusto y al parecer destinadas al fomento del turismo en la zona.

Ya hemos aparcado y atravesamos la carretera para encontrarnos con el cartel indicador del recorrido que queremos hacer. Los primeros pasos de la ruta atraviesan el corazón de Salcedillo. Iniciamos la marcha por una pista cementada que recorre las primeras cabañas. La orientación general de la primera mitad del recorrido será NO, siguiendo un trazado paralelo al arroyo Lunadas. Al inicio topamos con un hangar destinado al almacén de forraje para ganado. Le siguen un grupo de cabañas, algunas muy arregladas que funcionan como CASAS RURALES.

En algo más de un kilometro nuestro camino cementado desemboca en otra pista que viene de la carretera a Lunada. Esta última pista es de gravilla, la cogemos y continuamos, pero ahora O, hasta llegar a un grupo de cabañas que se conocen como Carredondo. Aquí la pista se convierte en senda cuando llega a la última casa. No hay pérdida posible, la senda está muy bien marcada y señalizada con rayas blancas y amarillas de P.R.. El camino cambia de nuevo la orientación a N. La vegetación se vuelve más tupida, pasamos por rincones de cuento de hadas al lado del al arroyo lunadas y en breve llegamos a una zona más despejada sin prados ni lindes, donde abunda el brezo. Un poco más y alcanzamos la pista que nace en la carretera a Lunada y desemboca en el Bernacho. Durante todo el trayecto hasta aquí, hemos tenido a la derecha las moles de piedra que bajan desde La Imunia y la Peña Palombar. Al fondo (N) aparecieron, según avanzábamos, Peña lusa y Las Motas.

En la pista del Bernacho cambiamos la dirección a O y en menos de una hora estamos en nuestra meta. Una vez más las cabañas, los prados nos envuelven con su encanto. Nos consta que hay cabañas compradas como vivienda de ocio, muy bien cuidadas, reformadas y mantenidas, tanto en Valnera ( primer barrio que encontramos) como en El Bernacho. Otras siguen activas como explotación ganadera. Sobre todo vimos caballos. Es curioso como el terreno se hunde formando pequeñas dolinas en la zona más propiamente conocida como El Bernacho. Espero que las fotos hagan justicia a la espectacularidad de este rincón. El Castro Valnera lo preside todo, a su derecha La Cubada Grande y el collado que separa los dos montes, y a su izquierda el pico La Miel. Los restos del hayedo cubren los rincones más agrestes, donde el pastoreo no ha llegado. Las tres moles cierran este rincón , de verdad muy recomendable.

Al volver, mirando hacia el NE, nos encontramos de nuevo con la mole de Peña Lusa, esta vez en toda su extensión.

Nota.- El recorrido está muy bien marcado con postes que señalan distancias, también con rayas blancas y amarillas de PR, aunque éstas se encuentran en ocasionas bastante borradas.

En total son 12km y 600m y no se tarda más de 2h y 45´. Prácticamente no hay desnivel, unos 300m (Salcedillo se encuentra a 860m de altitud y El Bernacho a 1160m.).

Los nombres de lugar estan recogidos en el mapa "MACIZO DEL CASTRO VALNERA" de la editorial CETYMA.








EL VALLE DE SOTOSCUEVA. PR-C-BU-31



Para llegar, por la carretera BU-526, pasando Quisicedo cogemos un desvío a la izquierda que nos lleva a Cueva. Un poco más adelante está Ojo Guareña y el Alto de Concha.


Dejamos el coche en el Parking del Alto de Concha. Seguimos las marcas blancas y amarillas de la PR.C. BU-31 con dirección N. Debajo, a unos metros, tenemos la cueva de Ojo Guareña y la ermita de San Bernabé, ambas se pueden visitar pero en los horarios indicados y con guía. La ermita es digna de ser visitada pues alberga una serie de pinturas de traza popular con temática religiosa contando los martirios de San Tirso Y San Bernabé. Un poco más abajo de este magnífico enclave se encuentra el sumidero del río Guareña, por donde se pierden sus aguas a través del complejo kárstico del mismo nombre y al que se le supone una longitud de hasta 100km. Nosotros no pudimos visitar ni la ermita ni el sumidero.

Desde la ermita seguimos las marcas de la PR. 31 (E) y después de bajar una escalinata de piedra tomamos una senda NO señalada con marcas blancas, amarillas y lilas. La senda atraviesa el encinar que cubre toda la ladera desde el cortado calizo hasta el sumidero del Guareña. En 20 minutos hemos llegado a Cueva donde merece la pena fijarse en la casas de construcción tradicional con un inconfundible sabor a pueblo. El camino está muy bien marcado, da varios quiebros por las calles de la aldea y luego sale NE para dirigirse a Quisicedo.

Aquí destacan sus casas por el aspecto señorial y entre ellas la Torre de los Velasco que nos traslada a época medieval donde el lugar tuvo su importancia defensiva. En Quisicedo alcanzamos la carreta BU-526, la cruzamos y nos dirigimos al bar de Goiko, a su lado hay un gran cartel indicando la diferentes rutas del Monumento natural Ojo Guareña. También aparecen las marcas que señalan nuestro camino. Primero nos llevan (N) entre calles hasta salir del pueblo, después de atravesar las vías y adentrarnos en el robledal. Luego, ya en una amplia pista que se introduce en el bosque, las marcas (O) nos llevarán hasta Villavascones de Sotoscueva.

En esta pequeña aldea también destacan sus casas de arquitectura popular y la amplia fuente en el centro del lugar. Recorremos la aldea de Este a Oeste hasta llegar a la última edificación. Por un pequeño callejón, entre dos casas, llegamos a una valla metálica que nos da paso al robledal de Villavascones. En seguida nos rodea la soledad del arbolado, su quietud, pero es una soledad acompañada con sonidos lejanos que vienen de la carreta y de los caseríos de alrededor. Avanzamos noroeste, luego damos un brusco giro en un puente sobre un arroyo y continuamos suroeste. Hacía la mitad del bosque encontramos un claro indicador que marca el desvío para visitar las tumbas antropomorfas altomedievales esculpidas en la piedra. Situadas en el corazón del bosque son veinte tumbas correspondientes a cuerpos de diferentes tamaños correspondientes a personas de diferentes edades. Después de fotografiarlas volvemos a la pista principal. Continua dando varios quiebros y sorteando un arroyo con puente en estado ruinoso antes de llegar a Quintanilla de Sotoscueva.

Entramos en la aldea por una senda paralela a las vías del tren. Los edificios, como en todo el valle de Sotoscueva, siguen los dictámenes de la tradición local. Destaca la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora. Al lado de Quintanilla se encuentra Vallejo, junto a la carreta principal BU-526. La volvemos a cruzar y con dirección sur nos adentramos en los caminos que recorren los verdes pastos de la zona más llana del valle de Sotoscueva. Las marcas siguen siendo Blancas, amarillas y lilas que nos indican caminos y pistas al principio Sur, luego Este, de nuevo Sur para acabar Sureste que se mantendrá hasta el final. Ya en los últimos tramos la llanura se convierte en cuesta y los prados son sustituidos por un discreto arbolado que desemboca en el encinar de Ojo Gaureña. La cuesta se empina más a la altura del área recreativa, pero ya no falta nada para llegar de nuevo a la ermita de San Bernabé y al parking del Alto de Concha.

En total hemos recorrido 11,8km y hemos invertido 2h y 30´.

Nota.- Las marcas blancas y amarillas son las que hay que seguir porque indican el trayecto de los PRs, en este caso de PR.C. BU-31. Las marcas lilas, curiosamente, acompañaban a las anteriores en todo el recorrido, pero no conocemos su significado. Sólo se separaron durante un tramo en Quisicedo, para volver a aparecer juntas, de nuevo, antes de salir del pueblo.





 

ENTRE PRADOS PR-BU 88



Es un recorrido corto que une Espinosa de los Monteros con Quintana de los Prados. Entre ida y vuelta se andan 9 Km. Podemos iniciar la marcha en Espinosa o en Quintana, como nos apetezca.


Salimos de Espinosa con dirección Loma de Montija SE. Al de unos pocos metros de haber dejado atrás el cruce hacia Baranda y Cuestaedo, a la izquierda de la carretera principal sale una pista cementada NE que avanza entre cabañas, prados y alguna casona con escudo. Poco a poco llegamos al robledal, el camino pierde el cemento, aparece la tierra y algo de barro, en invierno se forman verdaderos charcos. La dirección es cada vez más E hasta coger SE cuando comenzamos a descender hacia Quintana. Primero llegamos a la estación y luego a la plaza del pueblo que tiene una fuente de olor característico. Tenemos que pasar la carretera para sacarle una foto a la iglesia. Volvemos por donde hemos venido. Total 2h. Todo el camino está señalizado con las rayas blancas y amarillas de PR y con postes indicadores que nos van informando sobre la distancia dirección.

Si no se quiere volver por el mismo sitio, tenemos la posibilidad de enlazar con el recorrido "EL ROBLEDAL DE ESPINOSA SLC-BU 86". Con dirección S atravesamos Quintana y nos encaminamos hacia la carretera que une Espinosa y Loma de Montija. Al otro lado de la carretera se ve la pista que nos mete en el robledal de Espinosa donde enlazamos con la mencionado recorrido, también señalizado, pero con rayas verdes y blancas. Al de pocos metros encontramos el monumento a Casilda Gonzalez Vivanco al pie de un magnífico roble. Vamos a parar al albergue o a las piscinas de Espinosa.




SENDERO DE VALDEPORRES PRC-BU-54



 Se trata de un recorrido en forma de ocho, que podemos dividir en dos circulos unidos en Pedrosa. Primero tomamos S para subir hasta el páramo a los pies de Dulla, y despues de un recorrido circular volver a Pedrosa. Después recorremos hacia el N un itininerario, también circular, que recorre prados, un bosque de rebollos y pasa por San Martin de Valdeporres para acabar de nuevo en Pedrosa.

Primera parte.
Dejamos el coche en Pedrosa de Valdeporres. Volvemos a la carretera general y con dirección SSE comenzamos a remontar el paredón hasta alcanzar el Alto de la Cruz. El camino está señalizado con postes indicadores y marcas blancas y amarillas. Este primer tramo cruza un pequeño bosque de quejigos y más arriba pasa por debajo de las paredes de piedra dándole un aspecto sugerente al recorrido. Desde el Alto de la Cruz (Poste Nº 1) podemos ver las localidades de Pedrosa, Santelices, Dosante y Cidad.



Continuamos E por una senda muy clara que profundiza en “El Paño”, nombre con el que se conoce al páramo. Primero a través de un encinar y luego en descampado nos acercamos a la base de Peña Dulla. Seguimos hasta un nuevo poste indicador que encontramos caído. Ahora volvemos a cambiar de rumbo, cogemos N, caminando por una pista que atraviesa el páramo, hasta topar con otro poste que señala NO para dirigirnos al Portillon. De nuevo aparece el bosque de quejigos y aulagas y comienza el descenso O (Poste Nº 2)  del Paño a la carretera general. Las marcas y postes indicadores nos guian, cruzamos la carretera, seguimos descendiendo unos metros hasta una “vía verde” que también cruzamos hasta que la senda nos deje en Pedrosa por fín.

Segunda parte.
Pero el recorrido aún no ha terminado. Cruzamos el puente sobre el río Engaña y las vías del tren. En pocos metros hemos llegado a una bifurcación señalizada con poste del recorrido y con señales de carretera; a la derecha San Martin de Porres y a la izquierda Dosantes.
Hemos decidido llevar la contraria a la ficha-guía y tomamos el camino a Dosantes remontando una cuesta asfaltada que nos saca de Pedrosa. Desde lo alto de la cuesta las panorámicas de Dulla son muy buenas. Más o menos mantenemos dirección NO y continuamos por la carretera unos 2 km hasta que aparece un desvío a la derecha muy bién señalizado. Continuamos por el desvío, que ya no está asfaltado, unos cientos de metros hasta volver a encontrar un nuevo desvío a la derecha. En esta ocasión no está señalizado y es muy fácil equivocarse. En caso de que nos despistemos llegaremos en pocos metros a una valla que cierra en camino al ganado, entonces ya sabemos, tenemos que darnos la vuelta hasta encontrar el desvío correcto.
Aquí cambia otra vez la orientación, cogemos E. Al de pocos pasos aparecerán las marcas y postes indicadores (Poste nº 4). Por senda clara nos introducimos en el bosque de rebollos, muy agradable recorrerlo. Salimos del bosque en la ermita y al de pocos metros llegamos a San Martin de Porres. Ahora, más o menos SO nos dirigimos a Pedrosa de Valdeporres pero sin salir a la carretera ni cruzar las vías. Las marcas nos llevarán por un camino paralelo a la carretera y entre campas (Poste nª3). En total hemos tardado 3h. 30m. .

Nota.- Todo el recorrido está jalonado con marcas amarillas y blancas de PR y rojas y blancas de GR, también con postes indicadores en los momentos claves.
La señalización del recorrido también cuenta con cuatro puntos marcados con postes enumerados del 1 al 4. 1 Alto la cruz; 2 El Portillon para bajar del páramo; 3 Campas entre Pedrosa y San Martin ; 4 Algo antes de entrar en el bosque de rebollos, poco después del cruce que no está indicado. Tener en cuenta que nosotros hicimos el tramo final en dirección contraria por lo tanto primero nos encontramos con el punto 4 y al final con el 3.