SAN DONATO O BERIAIN E IHURBAIN DESDE UNANUA (FEBRERO 2025)



 EUSKERA

Subimos San Donato o Beriain por su cara sur, una vez más. Pensábamos pasar un fin de semana en el pirineo, pero el pronóstico del tiempo era malo para el sábado, en Linza. Así que optamos por ascender este monte tan emblemático, que domina la sakana y parece que nos llama cuando circulamos por las carreteras que pasan a sus pies.

Berian (1493m) es el punto culminante de una meseta colgada en el norte de la sierra de Andia. Cuando se viaja de Iruña a Vitoria, a la altura de Arbizu, se contempla una proa de barco gigante que domina toda la sakana, ese es Beriain. Desde un punto de vista geológico es un buen ejemplo de relieve invertido al estar formado por un sinclinal colgado (parte cóncava de un pliegue de la corteza terrestre). Gracias a la erosión se encuentra más elevado que el anticlinal (parte convexa) que este caso se situaría en el valle de Ergoiena.

Aparcamos en la zona alta de Unanua (E) (660 m), saliendo del pueblo, en unos espacios abiertos que se usan como parking. Iniciamos la ruta por una pista cementada que sube, primero hacia el norte, pero se dirige hacia el este con carácter general. Es el camino de Leziza. Al de algo más de un kilómetro aparece una fuente conocida como Iturtxiki (820 m). Un hito nos indica el punto donde abandonamos la pista a nuestra izquierda y comenzamos a ascender (NE) hacia un hayedo. Este tramo lo encontramos muy embarrado, siendo de por sí muy inclinado, se nos hizo incómodo.

Una vez superada esta parte y ya fuera del hayedo, llegamos al collado de Elorriaga (980 m). Delante se levantan las paredes sur de Beriain. El aspecto es de una fortaleza inexpugnable. Encaramos la fuerte pendiente (N) hasta la cota de 1300 metros, donde cogimos la senda que se encamina hacia noroeste y finaliza en la Grieta de Ihurbain (1360 m). Cuando se contempla desde el valle la proa del sinclinal colgado destaca un gran tajo que la parte de arriba a abajo. Esa es la Grieta de Ihurbain. La recorre una ruta bastante frecuentada, pero es un camino peligroso por su inclinación y porque la salida alberga una paso de tercer grado. No descarto subirla algún día, pero tiene que ser con tiempo seco, en verano. En esta ocasión nos conformamos con visitarla desde arriba.


Seguimos subiendo (E) y en pocos metros pisábamos la cima de Ihurbain (1428 m). Desde la cumbre, mirando hacia el valle (N) destacan los pueblos de Arbizu, Lakuntza, Arruazu y Huarte Arakil. Continuamos (E) atravesando el lado occidental del sinclinal y en pocos minutos hollábamos la cima de Berian o San Donato (1485 m). Después de comer el bocadillo en la ermita de los santos Donato y Cayetano, iniciamos el descenso.




Volvimos sobre nuestros pasos, pero antes de llegar a la altura de la grieta de Ihurbain, un gran hito a nuestra izquierda, señala el portillo de Unanua (1400 m) e indica el punto por donde bajar la gran muralla. Unos metros más adelante conectamos con la senda de subida que volvimos a recorrer pero en sentido inverso.





DATOS

DISTANCIA: 10,5 KM

DESNIVEL POSITIVO: 870 M

TRACK PARA GPS

FOTOS DE LA MARCHA

LA RUTA EN YOUTUBE

PICO LA CORONILLA, LA TEJEDA DE TARTALÉS DE CILLA Y LAS CUEVAS DE LOS PORTUGUESES DESDE EL DESFILADERO DE LA HORADADA

 


EUSKERA

En las Merindades de Burgos, muy cerca de Trespaderne, se encuentra el desfiladero de la Horadada, tallado por el río Ebro en las paredes de las estribaciones meridionales de la sierra de la Tesla. El punto culminante de estas elevaciones es el Pico La Coronilla, nuestro objetivo de la jornada. Pero además, visitamos la Tejeda de Tartalés de Cilla y las Cuevas del Pontarrón o de los Portugueses. En esta ocasión acompañé al Grupo Alpino Turista de Barakaldo, mi club de montaña de toda la vida.

La ruta comienza en el mismo desfiladero, entre los kilómetros 4 y 3 de la carretera N. 629, justo en el punto donde un cartel indicador (540 m) nos señala la senda de la Tejeda de Tartalés de Cilla. Comenzamos a caminar con dirección noroeste elevándonos por una fortísima pendiente que gana altura en el bosque de boj, encinas y pinos. En poco más de un kilómetro, subimos 450 metros de desnivel hasta alcanzar los famosos tejos (960 m). Se dice que alguno es milenario, suponemos que los más gruesos. Los carteles explicativos nos advierten de no maltratar a los tejos y de como comportarnos en la Tejeda: No subirse a los arboles, no cortar ramas, no pisar las raíces (es casi imposible), no alterar el suelo y no salirse del sendero.

Llegamos al final de la cuesta (1040 m), donde la senda, sin perder la orientación noroeste, llanea durante un trecho y luego, inicia un descenso hasta la cota de 960 metros. En este momento, cogimos una pista que sigue una alambrada y se dirige hacia el oeste. En unos metros encontramos una senda por nuestra derecha, según la marcha, que entra en el pinar y sube hacia el norte hasta llegar al cordal de la Coronilla. Enseguida divisamos los promontorios pétreos donde se encuentra la cima. Para alcanzar el buzón hay que trepar un poco. La Coronilla (1158 m). En el lugar destaca la presencia de una caseta-refugio. Al norte se levanta la sierra de la Tesla y al sur se abre el valle de Valdivielso, siendo Panizares el pueblo que tenemos justo a nuestros pies.


Comenzamos el descenso (NO) por la vertiente sur, mirando al valle de Valdivielso hasta alcanzar el collado de Panizares ( 1053 m). Aquí cambiamos de dirección hacia el noreste para situarnos en poco tiempo en el collado de Las Muñecas (937 m), donde encontramos una curiosa construcción en forma de esferas huecas, que se supone deben servir para que los caminantes pernocten. No parecían muy cómodas. Nosotros continuamos por la pista que baja (SE) a Tartalés de Cilla, siguiendo el curso del arroyo de las Torcas.

Un kilómetro más abajo llegamos de nuevo a la N 629. Pero todavía nos quedaba algo por visitar. Al pie de la misma carretera, donde el arroyo de Las Torcas desemboca en el Ebro, se levantan unas paredes de arenisca con habitáculos tallados. Son Las cuevas del Pontarrón o de los Portugueses. Las habitaciones más antiguas datan de los siglos VIII-X, cuando tuvieron la función de eremitorio o de alojamiento para pastores nómadas. Pero en los primeros años del siglo XX, fueron ocupadas por trabajadores portugueses que trabajaron en la construcción del canal hidroeléctrico de Trespaderne. En un principio, eran cavidades independientes cerradas por una puerta de madera, pero los portugueses tallaron los pasillos que en la actualidad las comunican.

Desde la carretera, avanzando por el arcén paralelo al río Ebro, en menos de un kilómetro, llegamos al punto de inicio de la ruta.



DATOS:

DISTANCIA: 12KM

DESNIVEL POSITIVO: 750M

TRACK PARA GPS

FOTOS DE LA MARCHA