Se suele decir que detrás de la tormenta sale el sol. Y este fin de semana así ha sido. Después de que el sábado la borrasca Xynthia nos zarandeara y a más de uno le moviera el tejado, vino un domingo de sol espléndido. Estábamos en Espinosa de los Monteros y nada mejor que coger las raquetas y darnos una vuelta por Lunada. No teníamos experiencia de andar con ellas y fue todo un descubrimiento.
Nos encontramos una Lunada casi sin nieve. El viento sur, el huracán del sábado y el calor de los días pasados se la llevaron. Sólo quedaba en abundancia en las alturas del pico La Miel y el Castro Valnera. Las pistas de la estación de esquí todavía vestían de blanco, pero no lo suficiente como para que se pusieran en funcionamiento los remontes. El resto del paisaje era un salpicón donde los retazos de nieve sobresalían en un paisaje dominado por el brezo y los prados.
Nos encontramos una Lunada casi sin nieve. El viento sur, el huracán del sábado y el calor de los días pasados se la llevaron. Sólo quedaba en abundancia en las alturas del pico La Miel y el Castro Valnera. Las pistas de la estación de esquí todavía vestían de blanco, pero no lo suficiente como para que se pusieran en funcionamiento los remontes. El resto del paisaje era un salpicón donde los retazos de nieve sobresalían en un paisaje dominado por el brezo y los prados.
Trazamos un paseo un poco a nuestro aire. Recorrimos unos 5 o 6 kilómetros entre la ida y la vuelta.
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