LA MAROMA DESDE CANILLAS DE ACEITUNO.




La Maroma tiene una altitud de 2065m y es la cima más importante de Málaga y de sierra Tejada, incluida en el parque natural de Sierra Tejada, Almijara y Alhama. Geológicamente está compuesta, principalmente, por mármoles dolomíticos que se descomponen en una arenilla característica.

Desde Canillas de Aceituno se asciende su cara sur, por el conocido como “Camino de Las Nieves”,  salvando un desnivel de 1500m aproximadamente.

De la parte alta del Canillas, al lado de un corral de cabras, parte un pista muy bien señalizada con postes de madera decorados con rayas blancas y verdes y la signatura SL-A-142 que me acompañarán en la mayor parte del recorrido.

Comienzo la marcha con dirección NE.   Ya desde el principio asciendo  por un pinar desde donde tengo una panorámica excelente de Canillas y del pantano de La Viñuela.  Sigo y al de un rato miro al sur para encontrarme con el mar. El Mediterraneo inmenso. Entre él y mi cámara la serranía con el salpicón de cortijos blancos. En la línea de costa se levantan, rompiendo el paisaje, los hoteles y demás emporios turísticos. En poco tiempo alcanzo el lugar llamado La Rábita, hay una magnífica fuente y un cartel que  informa sobre su historia.

Continuo unos  metros más arriba. El camino cambia de rumbo hacia N apareciendo, por primera vez, las paredes de la vertiente sur de La Maroma que miran hacia el barranco del rio Almanchares. Ahora  el rumbo gira poco a poco hacia NO, izquierda, para atravesar el barranco de las Tejas Lisas.  El camino ancho y pedregoso recorre parajes solitarios pero de una belleza particular, salvaje. La roca cambia de color dominando los tonos oscuros. A la aridez de la piedra se le escapa una naturaleza que se resiste en una suerte de plantas y arbolado que un montañero del norte no sabe diferenciar. Por momentos el camino se empina pero un inteligente zig-zag facilita el ascenso.

Ya llevo varias horas caminando y subiendo, la naturaleza se va retirando, llego al imperio de la piedra. En la cota de 1700m giro a la derecha para coger dirección ENE. Estoy en el último tramo y la pendiente se suaviza.  Han desaparecido los postes de madera y ahora me guio siguiendo las marcas verdes en el suelo y, sobre todo, los  hitos de piedra. Sin perder la dirección indicada avanzo hasta la cima. Por el camino me encuentro con un par cabras montesas, me gustaría que fueran salvajes, pero, por la forma que me miran, diría que están más acostumbradas a la presencia humana que los guardas jurado del Corte Inglés.

En la cima hay un hito geodésico gigante, un buzón y una placa de la “Agrupación Montañera de la Axarquia”.  Desde la cima diviso varias serranías pero no las conozco. Para otro año.

Vuelvo por donde he venido.




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