LOS PLANOS y CONGOSTO : una increíble excursión por encima de Anguiano



Según llegamos desde Nájera aparcamos al final del pueblo junto a la parada del autobús. La carretera que conduce a Salas de los Infantes atraviesa Anguiano por su parte baja. Unos metros más adelante está el puente que salva el cortado que el río Najerilla ha formado entre los escarpes del Pico del Águila y el San Quiles. Al lado hay dos bares que sirven comidas, por si el bokata no llega.
Al salir del coche notamos de repente los -3º. ¡Hace un frío del carajo! Todo nos parece poco: forros, camisetas térmicas, guantes, gorros de lana, buffs… ¿Quién ha dejado la puerta abierta en este pueblo!?

Frente a la parada vemos las marcas rojiblancas del GR que seguiremos unos metros debajo de los impresionantes desplomes del monte que incuestionablemente nos atraen a la vista. Bien, vamos allá. Son las 9.30 h.

Cruzamos la carretera e iniciamos la ascensión por la empinada y cuidada calle de hormigón y piedra. Vemos casas muy cuidadas y algunos lugareños que nos saludan.

Dejamos las marcas del GR enseguida (se meten a la derecha en el pinar) y continuamos por la misma calle. Pasamos un pequeño parquecito con unos bancos y pronto alcanzamos un segundo más grande. 5´. Bancos, suelo de grijo y cercado de madera. A nuestra izquierda según llegamos, por encima de los tejados, la Peña del Reloj y el San Quiles dominan Anguiano desde la otra margen del Najerilla. Estamos en la zona más alta del pueblo y las vistas del entorno empiezan ya a ser espectaculares.

Junto al parquecito se inicia la ruta verdaderamente. Un camino de tierra, embarrado por el ganado en época de lluvias (hoy está totalmente helado), comienza a ganar altura por el valle Umbría, entre los desplomes del Pico del Águila y Congosto a la derecha y los farallones impresionantes de los Planos a la izquierda. Atravesamos una rústica puerta y continuamos en la misma dirección.

El pueblo va quedando atrás… y debajo

El marcado sendero nos hará alcanzar un abrevadero, 45´. Donde hacemos un alto para que la cámara de fotos atesore parte de lo que vemos.

Abandonamos en la fuente el sendero que llevamos para acercarnos a las faldas del Planos (izq. NE) donde buscamos uno de los numerosos senderillos de ganado que nos encaminan hacia un par de resaltes rocosos que están en la vertical del pilón de agua.

Estamos retrocediendo en altura sobre el camino que traíamos para alcanzar el cordal del Planos justo por debajo de los mencionados resaltes. 1.00 h.

Giramos a nuestra izquierda según llegamos a la línea cimera y pronto alcanzamos el Planos Occidental (1008 m) 1.15´.

Tenemos Anguiano a nuestros pies y el San Quiles enfrente. Las fotografías mínimamente hacen justicia a la belleza que nos rodea.

A la derecha (N) los farallones de arenisca y los conglomerados calcáreos del alargado monte Valdelia (1.002 m) atraen nuestra atención. Detrás, al fondo en la llanura vemos a silueta alargada de Nájera y la sierra de Toloño que cierra el horizonte por ese lado.


Una vez disfrutado el entorno, tomamos el cordal cimero para subir seguidos por un marcado sendero el Planos Central (1033 m.) y el Planos Oriental (1044 m) 1h 55´. Según hemos avanzado teníamos a nuestros pies (dch) la primera parte del recorrido, el pilón y la línea quebrada de rocas que se desprende del Congosto y el Águila. A nuestra izquierda el barranco del Regatillo y numerosos pitones rocosos que son increíblemente fotogénicos.

Iniciamos el corto descenso hacia el hayedo. Una pista que sube desde el Regatillo nos marca el lugar donde encaminar nuestros pasos. En ella, 2.00h., nos reencontramos con las marcas del GR.

Continuamos subiendo con suavidad por un hayedo que nos embriaga con su silencio y colorido.

Transitar por la suave pista ascendente se transforma en un goce para los sentidos: colores, silencio, (pero no un silencio vacio y triste, sino uno acariciado por el sonido del viento, de herrerillos y algunos otros pajarillos que desafían la crudeza del invierno y la gélida temperatura) nos envuelven y apaciguan.

Poco a poco el bosque se abre y admiramos un escarpado paso entre rocas antes de llegar al Vallejo donde están las ruinas de las txabolas de Congosto y la fuente, 2.25´ (1135 m altitud). Un lugar del que igualmente emana quietud e invita a parar para comer algo, hacer fotos y admirar el paisaje.

Hasta ahora el paseo nos tiene atrapados.

La cima del Congosto se yergue altiva sobre nuestras cabezas con su perfil abrupto a la vez que atrayente.

Pero a nosotros ahora nos cautiva más el bokata y la bota. ¡Nos pierde la barriga!

Tras un corto descanso proseguimos nuestra andadura subiendo por la pista y acompañados por las marcas del GR. Pero poco más. En cinco minutos las señales giran a la izquierda y un aspa también rojiblanca nos avisa de que no es el sentido correcto. Pero no lo es para los que se dirijan a Nieva y Ortigosa. Nosotros continuamos unos cien metros más por la pista terrosa hasta alcanzar las ruinas de otra antigua cabaña pastoril.

A su altura observamos un marcado camino en diagonal (NW) que atraviesa la cota que tenemos encima de nuestras cabezas y que enfila sin pérdida hacia el herboso collado que nos dará paso a la ascensión final.

Dejamos pues la pista y nos metemos en el claro sendero que nos sube en 7´ más hasta el amplio y herboso collado bajo la cima del Congosto. 2.36´ (1168 m) .

Disfrutamos de una amplia vista panorámica del entorno.
Con la cima como referencia tomamos algunos de los múltiples senderillos que zigzaguean entre la hierba y la caliza, girando ligeramente hacia nuestra derecha para paliar el esfuerzo y el desnivel.

Llegamos. Cima del Congosto 2.45 h (1239 m,)

Volvemos al collado anterior descendiendo de la cumbre. A nuestra derecha observamos, al fondo de la barrancada, la ermita de la Magdalena.

Se trata de un valle encajonado entre el cordal del Congosto y un afloramiento paralelo. La ladera del primero está abierta y desforestada con numerosos canchales que van generando una acumulación de piedras en su parte baja, mientras que la ladera opuesta está cubierta de un intrincado manto de vegetación.

Por un lado y por el otro, senderillos abiertos por el ganado van permitiéndonos descender con rapidez aunque no con comodidad. Hay que mantenerse atentos a evitar pisar mal y que se nos pueda torcer el tobillo o a que nos arañen las espinas de árgomas, enebros y otros arbustos espinosos.

No hay pérdida, siempre hacia abajo y con la ermita al fondo, de guía.

Casi 60 minutos de descenso continuado nos permiten contemplar el templo donde se venera a la patrona de Anguiano y fotografiar la fuente de los Tres Caños que data del siglo XVII y famosa por sufrir continuos cambios en el volumen de surgencia, en un mismo día y sin razón aparente que lo justifique..

El conjunto es interesante, aunque se ve alguna zona muy abandonada y ruinosa. Hay una zona de pic nic y los que me parece una bolera cubierta. Un cartel informativo nos ilustra sobre el templo, la virgen y el caño.
Justo detrás del panel una pista ya muy marcada nos conduce en 15´ hasta la carretera junto al cementerio.

Cuatro horas a ritmo suave, sin contar los descansos. El paseo ha sido muy satisfactorio. Con el lema que nunca se puede obviar: en la montaña la prudencia es lo primero.

En menos de 5 minutos más vemos la parada del bus y el coche que nos espera con la calefacción preparada.

Joe qué frío sigue haciendo!

Manu se limitó a quejarse durante toda la mañana, pero le perdonamos después de ver el cordero al horno de leña que nos cocinó de apari-merienda acompañado de una sopa de pescado que daría envidia a Arzac.

Roberto, Eduardo y Manu.





No hay comentarios:

Publicar un comentario