El mirador de Piedras Luengas (1350 m) tiene unas vistas soberbias. Hacia el oeste, los macizos central y oriental de Picos de Europa y los montes de Alto Carrión, cubren todo el horizonte. Si miramos hacia el este sobresale el murallón de Peña Labra, uno de nuestros objetivos del día.
Al otro lado de la carretera nace una pista que se dirige al este, la tomamos. Fuimos ganando altura por lo prados, mientras la ruta, poco a poco, se encaminaba hacia noreste. Pasamos debajo de un promontorio con un repetidor y algo más arriba por un abrevadero de ganado. Desde aquí el camino se empina y avanza entre escoberas, aunque la senda es evidente y los hitos nos marcan el trazado a seguir. Así, nos colocamos en la pared que da acceso a la cima. Buscamos una brecha, muy evidente desde abajo, donde tuvimos que realizar una pequeña trepada. No hay dificultad por los numerosos agarres. Es una pared de aglomerado de cantos rodados muy fácil de trepar. Salimos a la zona cimera, empujados por un fuerte viento sur que no paró en todo el día. Sin embargo, en la cima, al estar en la cara norte, la ladera nos protegió del viento y pudimos reponer fuerzas con tranquilidad. En la cima hay un hito geodésico y un buzón con un cuaderno para dejar registro de nuestro paso. Peña Labra (2027 m). Un poco más al este hay una cruz. No sé que significa.
Continuamos (ESE) por el cordal hacia "Tres Mares". En el horizonte destacan "Cornón", "Tres Mares" y "Cuchillón". Según avanzamos perdimos la senda y entramos en una zona de rocas fáciles de pasar, pero incómodas. Lo digo para que lo tengáis en cuenta si seguís el track. Cerca del tres Mares, la senda baja a la ladera sur, derecha, para evitar el cresterio, muy aéreo, de los promontorios anteriores a dicho monte. Entre el último promontorio y el Tres Mares se abre una chimenea que permite volver a la vertiente norte. Continuamos por la senda (NE) hasta salir a la arista noreste, solo nos quedaba remontarla (SE) hasta la cima. Tres Mares (2120 m). Las vistas sobre el circo de Alto Campoo y sobre el cordal que acabamos de recorrer se merecen unas cuantas fotos. Seguimos unos metros más hacia el sureste para llegar a una cruz en un resalte un poco más bajo que la cima. Por los alrededores buscamos una mini via ferrata, que permite bajar el muro para seguir el camino al Cuchillón sin tener que dar una vuelta por la pistas de esquí. Lo cierto es que impresiona un poco, vista desde arriba, pero no es dificil. Nosotros la bajamos y la subimos para conocer el paso.
Bajamos (N) hacia el punto donde entramos en la arista noreste del Tres Mares y volvimos por la misma senda hasta la chimenea y la bajamos. Pero desde aquí no continuamos por el cordal que vinimos, sino que bajamos con dirección suroeste. En un primer momento, el recorrido va paralelo a la senda por la que vinimos, pero en un punto baja con fuerza hacia el suroeste a través de trochas y sendas que se meten entre las escobas hasta que por fin encuentran una pista. La pista nos llevó a Piedras Luengas y luego por la carretera, en unos 500 metros, llegamos al mirador.
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