MONTES OBARENES



Obarenes
La indagación de información sobre los montes que se pueden subir desde Obarenes, es como buscar una aguja en un pajar. La mayoría de lo poco que hallamos es parcial, confusa y difícil de seguir.

Con este post intentaremos mejorarla.
Debemos aclarar que, cuando nosotros hicimos el recorrido (a mediados de septiembre), los caminos, aunque anchos, estaban invadidos de hierbas y matorral fruto de las lluvias primaverales y el poco uso que tienen estas montañas, por lo que había que mantener la atención para no perderlos.

Con un día claro, no hay problemas en seguir nuestro senda, pero con lluvia o niebla, es mejor abstenerse para no complicarnos la vida. La zona es preciosa y las vistas merecen el esfuerzo que supone alcanzar lo más alto.

Obarenes es una aldea con unas pocas casas y vida lánguida y tranquila de un núcleo rural semiabandonado. Para llegar hasta allí desde Bilbao debemos tomar la N1 en Gasteiz y dirigirnos hacia Pancorbo (idéntica ruta por la autopista a Burgos, pero aquí pagando). Salir antes del desfiladero en Ameyugo y tomar rumbo a Encio. En medio de esta pequeña población sale una pista asfaltada hacia nuestro destino. Obviar un primer cruce que pone Obarenes y seguir hasta el segundo, ya por una ancha pista de tierra pero en muy buen estado. Girar a la izquierda y en un minuto llegamos.

Aparcamos enfrente de la tapia del Monasterio, abandonado y ruinoso. Además de sitio, existe allí la única fuente que veremos en todo el día. Un señor de la zona nos dijo que era potable, aunque no pone nada junto a sus dos caños. 00. Horas. Estamos a 760 metros s.n.m.

Comenzamos a andar y atravesamos una valla en mal estado sobre un camino de hormigón.
No hemos marchado ni 30 metros y, antes de que el camino hormigonado se divida, es cuando se nos presentan dos opciones.

Opción A.

A la derecha se inicia una pista herbosa y llana que se aleja de la aldea paralela al campo de siembra. Pronto gira bruscamente iniciando la ascensión dando vista al Monasterio y las casas y poco después a la balsa. Va zigzagueando por la ladera buscando que la subida se haga de forma tendida. Y así ocurre. Vamos ganado altura con comodidad hasta que enlazamos con la senda que nosotros tomamos.

Opción B.

Pasamos pues la valla. Obviamos la pista herbosa y metros después la hormigonada que se bifurca a la derecha y continuamos por la otra que, entre chopos, nogales y pinos nos lleva a la presa que existe encima de Obarenes.

0.10´ Bordeamos la lagunilla artificial por la izquierda andando sobre el muro de contención y, por un sendero bastante cerrado, llegamos a una pista herbosa donde giramos a la derecha. Desde el embalse más que verla, la intuimos. Nos sirve de referencia un primer depósito de aguas que hay a su vera.

Tenemos sobre nuestras cabezas los resaltes rocosos de Peña Buey.

Caminamos por la pista, siempre bastante cerrada de hierba y algún matorral y jara, con mucha comodidad. Dejamos atrás otros dos pequeños depósitos de agua igualmente a la izquierda según avanzamos.

Toda nuestra labor ahora es seguir la pista que prosigue la subida dando varias lazadas primero por encima de la presa y luego alejándose de ella. No debemos abandonarla en ningún momento. Encontramos el camino de la Opción A y proseguimos nuestra ascensión.
0.40´ De la pista que nos acompaña sale otra que llanea mientras la nuestra comienza a ascender (izq. ) con brío. La que desechamos estaba sucia de hierba y matorral de modo que al principio casi ni reparamos en ella. Con todo pusimos un cairn, a la izquierda sentido marcha, para despejar dudas.

Seguimos subiendo con ganas dando varias revueltas teniendo siempre sobre nuestras cabezas un resalte rocoso.
1.00´. Traspasamos una valla ruinosa y la pista gira de inmediato cambiando su orientación.

Otro par de lazadas y alcanzamos una zona abierta llana donde la pista desaparece.

Es el momento de orientarnos sobre lo que debemos hacer.

1.15´.
El terreno está cubierto de hierba alta, gayuba, mucho brezo, pinos dispersos y afloramientos karsticos. Pero, sin niebla no hay problemas.

Desde la posición en que estamos vemos ya a nuestra derecha la mole del Buey (SW) y la pista que llega desde Cubilla por su falda. De frente (S) una cresta rocosa nos invita a coronarla. Pero la cima de Peña Buey se halla a nuestra izquierda (SE), por lo que imaginamos una diagonal campo a través (la brújula marca 170º) y en pocos minutos vemos ya su cumbre con un mojón geodésico y el buzón, un hacha que se clava en un tronco.

A pesar de la piedra y la hierba alta se anda con relativa facilidad.
1.30´. Peña Buey, 1231 metros.
Vistas impresionantes. Al Sur la Bureba. SE la zona de Pancorbo. Al SW, el Buey, con su mole redondeada, nos tapa el horizonte por su lado.
Proseguimos nuestra camino paralelos a una vieja valla de alambre de espino con la Bureba a nuestros pies. No entramos al pinar abierto que tenemos a la derecha; vamos circunvalando la pequeña cota herbosa hasta llegar a la pista que proviene de Cubillas al pie del Buey.
1.45´. Ascendemos por un amplio y empinado cordal. Hay algunos hitos, pero el camino está muy marcado. Aprovechamos las paradas para tomar aire para disfrutar del paisaje. A la derecha (N) el Humión y el Flor tapan en parte la sierra de Arzena, aunque podemos distinguir Batxikabo, Mota, Cueto Revillallanos…

Al S la inmensidad de la Bureba nos sobrecoge, teniendo el telón de fondo que componen la demanda y el San Lorenzo. A nuestra espalda (E) los picos de Pancorbo cierran la llanura en torno a Miranda, con el entrañable Toloño detrás.

2.10´. Buey (1351 metros)

(En el buzón pone La Verdina pero está equivocado. ¡Ay clubs de montaña!)

Desde aquí ya vemos toda la zona situada al W que el propio monte nos tapaba. Frías especialmente, además del Pan Perdido y la Mesa de Oña detrás de las Verdinas que están a tiro de piedra.Hacia ellas nos dirigimos perdiendo metros con rapidez. Junto a un pinar, iniciamos el cresterío que nos llevará a la primera de sus cumbres. A veces es un poco estrecho pero no da sensación de peligro pues las dos caídas no son verticales. Con todo, de ningún modo está de más transitar con precaución. Los accidentes casi siempre son negligencias del mendixale. En la montaña hay que mantener siempre la atención, disfrutar no es hacer el cabra. Sentido común es la clave.

2.40´. La Verdina Oriental (1336 metros) Buzón en forma de cruz.
Ya sólo nos queda descender ligeramente y enfilar hacia la doble roca del final del cordal, que es amplio, con excelentes panorámicas y nada de sombra, tapizado con la vegetación que nos ha acompañado desde el inicio de la ruta. Llegando a ellas, allí también hay que poner las manos y arrastrar un poco el pantalón para alcanzar el buzón; pero igualmente, no hay peligro si se mantiene un mínimo de atención. No hay sensación de vacío como antes, y eso ayuda a la gente con tendencia al vértigo.
3.00´. La Verdina Occidental o Cantoña (1355 m.)
Las vistas son parecidas a las que disfrutamos desde que pisamos la cima del Buey.
Sólo nos queda retornar por el mismo camino hasta Obarenes.

Los días de sol, gorra y protección porque las sombras son escasas.

Eduardo


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